Eugenio Dios

Eugenio, fallecido con 22 años aplastado en España: la Guardia Civil se pone en alerta

Eugenio Dios era aficionado a la caza y los caballos y llevaba un año y medio trabajando en la fábrica

La Guardia Civil investiga la trágica muerte de un joven trabajador en un accidente laboral en Padrón (La Coruña).

La víctima mortal es Eugenio Dios, un chico de 22 años que llevaba un año y medio trabajando en la fábrica de Aluminios Cortizo. La madrugada del miércoles murió aplastado en una prensa.

El chico quedó atrapado en una máquina para dar forma a los materiales, y los servicios de emergencia no pudieron hacer nada por él. Su cuerpo quedó aplastado dentro de la máquina, en un suceso que conmocionó a sus familiares, amigos y compañeros. Investigan si pudo haber algún tipo de negligencia.

La empresa ha lamentado la desgracia y se ha puesto a disposición de los allegados del fallecido. Su caso recuerda al de Víctor Nuño Salvador, un joven de 18 años que murió aplastado al quedar atrapado en la máquina que estaba manipulando. En este caso, la familia denunció varias irregularidades.

Murió por aplastamiento

Aluminios Cortizo es una planta de fabricación ubicada entre los municipios coruñeses de Rois y Padrón. La madrugada del martes al miércoles, a las 03:50 horas, un trabajador de 22 años quedó atrapado en una de las máquinas. Se trata de una prensadora que da forma a las estructuras de aluminio.

Foto de Eugenio Dios
Eugenio Dios, el joven fallecido en accidente laboral | Cedida

Urgencias Sanitarias de Galicia se desplazaron hasta la planta para atender al joven, pero ya estaba muerto. Según fuentes policiales, “se quedó atrapado en la máquina en la que estaba trabajando y murió por aplastamiento”. Efectivos de la Guardia Civil se hicieron cargo de este caso que está bajo investigación.

Están revisando que todos los sistemas de seguridad y prevención de riesgos laborales funcionaran adecuadamente. Por su parte, la empresa puso apoyo psicológico profesional a disposición de la familia y de los compañeros. Aseguran estar consternados por la tragedia y han transmitido su pesar a los allegados.

Un joven aficionado a la caza

Eugenio Dios Castroagudín tenía 22 años y llevaba uno y medio trabajando en Aluminios Cortizo. Era hijo único, residía en Carballiño (Valga), y era amante de la naturaleza, de la caza y de los caballos. Su muerte ha causado un gran pesar en la sociedad de caza del coto de San Huberto, en Valga.

Una de sus grandes aficiones era cazar en este coto y pertenecía a la sociedad, que se encarga de las batidas de raposo. Los cazadores están en shock por la muerte de su compañero, y recuerdan como un chico muy alegre. “Le gustaba mucho el monte, de ahí su afición a la caza y los caballos”, explican.

Los caballos eran su otra gran pasión, y de hecho tenía un ejemplar que cuidaba con mucho mimo. En declaraciones a La Voz de Galicia, el presidente de la sociedad de caza asegura que están consternados. “Toda la gente aquí lo conocía”, afirma, y lamenta lo sucedido con una maldición final: “Todos los buenos se van”.

Víctor Nuño en la memoria

Tras la muerte de Eugenio es inevitable acordarse de Víctor, el joven de 18 años muerto en un accidente laboral en Cornellà de Llobregat. Víctor murió a los pocos días de haber empezado su nuevo trabajo. Estaba manipulando una máquina cuando quedó atrapado en ella y murió por aplastamiento.

Foto de Noelia Salvador con su hijo Víctor Nuño
La madre de Víctor lleva tiempo pidiendo justicia por su hijo | Cedida

La justicia condenó a la empresa por irregularidades en la seguridad y la prevención de riesgos laborales. Sin embargo, solo fueron condenados a pagar una pequeña multa y la familia del fallecido emprendió una campaña contra ellos. La madre de Víctor, Noelia Salvador, pidió ayuda a través de las redes sociales.

El accidente ocurrió el 27 de noviembre de 2020, doce días después de que el chico entrara a trabajar en Ferros Sabadell. Según Noelia, su hijo no recibió la ropa de seguridad necesaria ni ningún tipo de formación en prevención de riesgos laborales. La máquina llevaba más de 10 años en desuso y no tenía sistemas de seguridad.