Llegan malas noticias de Europa. España se ha quedado fuera del grupo de países de la Unión Europea que impulsan el desarrollo y la fabricación masiva de la vacuna contra el Coronavirus, y esto sitúa a nuestro país en una posición de clara desventaja a la hora de obtener las primeras dosis del remedio cuando este salga al mercado.
Francia, Alemania, Italia y Países Bajos han unido fuerzas para fraguar la Alianza Inclusiva por la Vacuna, cuyo objetivo es reforzar el poder de negociación con las compañías farmacéuticas de cara a la carrera para obtener las primeras dosis que se prevé que se abrirá una vez se haya logrado la patente y la salida al mercado del producto.
Esto permitiría a estos cuatros países situarse en el puesto de salida y aumentar la capacidad de fabricación y su coordinación para recibir dosis en el menor tiempo posible. Con ello se pretende evitar, mediante la inyección de importantes ayudas públicas a los fabricantes, que estos países tengan que depender de Estados Unidos o China.
Sin embargo, la creación de la alianza ha causado gran inquietud en el Gobierno de España, que se queda fuera de la alianza y eso puede minar sus posibilidades de beneficiarse de los posibles resultados alcanzados. Por otro lado, los fabricantes han recibido con sorpresa la noticia y están estudiando la nueva situación con una alianza que podría dar un importante golpe de efecto.
Según fuentes diplomáticas, cualquier cosa que resulte de la alianza estará abierta a todos los países de la unión para que se sumen, ya sea ampliar el desarrollo y la producción en Europa, apoyar a las empresas europeas con iniciativas más prometedoras o conseguir vacunas en el exterior. Por lo tanto, no está todo perdido.
Pero la realidad es que la iniciativa se ha cerrado solo en esos cuatro países y eso hace que España pierda puestos en la carrera. Según la nota oficial, «esto nos sitúa en mejor posición para lograr resultados rápidos y óptimos en las discusiones con los actores clave para la industria farmacéutica».
Negociaciones con Moderna
Por su lado, el ministro de Sanidad holandés, Hugo de Jonge, justifica el formato diciendo que los cuatro países son los que disponen de centros de fabricación para contribuir al desarrollo y la producción de la vacuna: «Con el esfuerzo conjunto de Países Bajos y los otros tres países, estamos dando un paso importante para una vacuna accesible a precio razonable».
De lo cual se deduce que España no puede participar en la alianza por carecer de suficiente infraestructura, algo que podría deberse a la falta de una fábrica de vacunas dentro de nuestras fronteras, que es esencial de cara a la emergencia sanitaria que se vive en estos momentos.
Ya en su momento hubo propuestas para ello, como en la legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero, cuando la farmacéutica Rovi planeaba construir en Granada una fábrica de vacunas de la gripe para humanos en la que la multinacional suiza Novartis ponía la tecnología necesaria, pero que fracasó por el estallido de la crisis económica.
No todo son malas noticias, y España guarda aún un as en la manga con su principal fortaleza ahora mismo, que es la investigación clínica. El ministerio de Ciencia pide que no se lancen las campanas al vuelo aún, pero las conversaciones con empresas que tienen sus proyectos muy avanzados, como Moderna, están muy avanzadas.