Las escuelas infantiles privadas de la Comunidad de Madrid están atravesando por un momento muy delicado. Después de permanecer cuatro meses cerradas como consecuencia del estado de alarma provocado por la pandemia del Covid-19, ahora muchas han reabierto con la sorpresa de que apenas cuentan con niños en sus aulas.
Son cerca de 900 los centros educativos que se encuentran en esta situación. Al ser una educación no obligatoria, pues se encuentra en la franja de edad de 0 a 3 años y no hay consecuencias legales respecto al absentismo escolar, muchas familias han decidido no matricular a sus pequeños y buscar alternativas como por ejemplo, cuidadoras o niñeras.
Una decisión que aboca a estos centros a vivir una precaria situación económica. «Algunas solo tienen doce alumnos, la matrícula se ha reducido y la mayoría están al 40 o al 50% y algunas hasta tienen un 80% menos de alumnos» explica Ignacio Grimá, portavoz en Madrid de la Asociación de Centros Autónomos de Enseñanza Privada (ACADE).
El problema es crítico y por ello Grimá asegura que la mitad de los centros privados de Madrid tendrán que cerrar por falta de fondos en los próximos tres meses. «Hemos seguido manteniendo la estructura de costes, pero no ha habido ayudas reales. Todo el mundo habla de conciliación, pero nos hemos sentido muy solos y el ánimo de los propietarios de estos centros educativos está muy bajo» sostiene.
Desde los centros privados opinan que ejercen una función fundamental para la Comunidad de Madrid, ya que «ahorra mucho a la Administración» y lamentan que las ayudas prometidas en julio no estén llegando. «Los requisitos son imposibles de asumir: la ayuda es mínima y nos obligaba a sacar a toda la plantilla del ERTE cuando no cubre el sueldo más que de un trabajador y mientras las clases están vacías. Es más, creemos que no se ha llegado a materializar ninguna ayuda» sostienen.
El mensaje de Ignacio Grimá es contundente: «O empezamos a ver ayudas reales o no hay una empresa que aguante todos estos meses con falta de liquidez». Desde la ACADE aseguran que la situación de los centros escolares privados no solo afecta a Madrid sino que es un problema que se extiende por toda la geografía española.
La matrícula en esta clase de centros se ha rebajado en un 40 por ciento siendo del 80 en aquellas zonas donde la pandemia ha afectado de forma considerable y cuentan con medidas más restrictivas. La reducción de niños matriculados y la consecuente merma de ingresos abocan a estos centros al abismo.
«La viabilidad económica de la mayoría de las escuelas infantiles privadas está seriamente comprometida, lo que supondría la desaparición de miles de puestos de trabajo directos e indirectos» ha explicado Ignacio Grimá.
Las escuelas privadas piden ayuda
Para evitar el cataclismo en los centros privados, desde la ACADE han propuesto una serie de medidas a la Administración, central y autonómica. Consideran que prorrogar los ERTES hasta la recuperación del sector sería una buena manera de empezar.
Además solicitan ayudas directas a los centros de educación infantil a nivel económico, fiscal y laboral para evitar el cierre. En algunas comunidades se ha facilitado la conversión del cheque escolar destinado a niños de 0 a 3 años en ayudas directas a las escuelas. Una medida que en Madrid no ha tenido mucho éxito.
«En la Comunidad de Madrid, tanto por la excesiva tardanza de la gestión de la Consejería de Educación y Juventud, como por la escasez de la cuantía de las ayudas y por la dificultad de acceso a las mismas, se trata de unas ayudas tardías e inútiles para la urgente situación de los centros madrileños».
Como últimas medidas, también solicitan financiación para poder abastecer a los centros de aquellos suministros sanitarios que necesitan de igual forma que las escuelas concertadas y públicas se benefician de ello.