Del cielo a la gloria en una sola mañana. Este es el pensamiento que probablemente haya pasado por la cabeza de la presidenta de Ciudadanos este miércoles, 10 de marzo, ante la sucesión de acontecimientos que se han producido en las últimas horas en varios escenarios de la política española. La doble moción de censura en Murcia ha provocado una onda expansiva que ha acabado con la dimisión de Isabel Díaz Ayuso y la convocatoria de elecciones en la Comunidad de Madrid para el próximo 4 de mayo. El coste político de la jugada de C's puede resultar muy caro: la presidencia de Murcia está cerca de costarle a los naranjas la influencia en una comunidad de vital importancia como Madrid.
La jugada de Murcia vuelve a Ciudadanos con una factura muy elevada
Victoria pírrica para Inés Arrimadas, que en los últimos meses no gana para disgustos. La mañana del miércoles comenzaba con una gran noticia para Ciudadanos, probablemente la mejor noticia en meses. Ana Martínez Vidal, líder del partido en Murcia, se convertirá en las próximas semanas en la presidenta de la región después del acuerdo entre C's y el PSOE para presentar una moción de censura en la Asamblea Regional murciana. A cambio del apoyo socialista a Martínez Vidal, C's votará el candidato socialista en la moción de censura que también han presentado ambos partidos en el Ayuntamiento de Murcia, para desbancar al actual alcalde, del PP.
Una doble moción de censura en Murcia que dará a Ciudadanos la primera presidencia de una comunidad autónoma al partido en toda su historia. El día se antojaba positivo en las filas naranjas, pero lo cierto es que la alegría ha durado muy poco. A mediodía y ante la sorpresa general, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha anunciado ante su consejo de Gobierno que dimite de su cargo, disuelve el parlamento madrileño y convoca elecciones con vistas al próximo 4 de mayo. Ayuso ha roto por sorpresa el acuerdo de Gobierno con Ciudadanos y ha dejado anonadado a su socio de ejecutivo con la convocatoria electoral. Ha sido Ignacio Aguado quien ha anunciado la decisión de la presidenta regional, criticando muy duramente el camino adoptado por la presidenta madrileña.
Ciudadanos pasa por el momento de más debilidad de su historia. Tras las elecciones generales del 10 de noviembre de 2019, cuando la formación naranja cayó de los 57 diputados que tenía en el Congreso hasta solamente 10, el partido inició un calvario en el que todavía continúa sumido. La elecciones gallegas, donde el partido quedó muy lejos de obtener representación, pero sobre todo las catalanas, donde pasó de primera fuerza con 36 escaños a séptima con tan solo 6, no han hecho más que agravar la crisis en las filas naranjas. Inés Arrimadas no consigue afianzarse como líder de Ciudadanos ni encauzar al partido por el camino de la recuperación electoral.
Unas elecciones en Madrid en las peores condiciones posibles
La jugada de Murcia, asumiendo el liderazgo de un gobierno autonómico por primera vez, podía actuar como revulsivo para el partido y generar una nueva inercia que frenara la tendencia instalada en la formación. Pero nada más lejos de la realidad. La pretensión de gobernar Murcia les ha salido cara: unas elecciones en la Comunidad de Madrid, donde gobernaban y mantenían un peso importante con la vicepresidencia regional, y que afrontan en un momento extraordinariamente delicado para el partido. Ciudadanos podría terminar en la marginalidad política en la Asamblea de Madrid, a imagen y semejanza de lo ocurrido en Cataluña, previsión que auguran todas las encuestas.
Es evidente que desde Ciudadanos no se ha calibrado como se debería la bomba política anunciada a primera hora en Murcia. Aunque han sido varias las voces que han apuntado a acuerdos paralelos en Castilla y León y la Comunidad de Madrid, la formación naranja no ha previsto el movimento que ha acabado llevando a cabo Isabel Díaz Ayuso: antes de que se produjera una moción de censura del PSOE y C's contra ella en la Comunidad, ha optado por usar su prerrogativa presidencial, disolver la Asamblea de Madrid y convocar elecciones para el 4 de mayo. Una jugada que ha pillado a Ciudadanos totalmente desprevenido, tal y como han delatado las críticas formuladas por Ignacio Aguado, desbocado este mediodía contra la todavía presidenta regional.
En definitiva, pues, la que prometía ser una buena mañana para los intereses de Ciudadanos, ha terminado convirtiéndose en un auténtico 'boomerang' político: el precio de obtener la presidencia de Murcia es afrontar unas elecciones en las peores condicones posibles en la Comunidad de Madrid, corriendo el peligro de caer en la insignificancia política. El mal momento de la formación de Inés Arrimadas corre el serio peligro de perpetuarse y de suponer un nuevo mazazo para la líder naranja. Un nuevo golpe electoral que, en función de su contundencia, podría incluso acabar con la carrera política de la jerezana.