Erika es la víctima número 36 de la violencia de género en España. El cadáver de esta mujer de 37 años ha aparecido hoy sin vida junto al de su ex pareja, Óscar, en Vitoria. El homicida, de 42 años, la habría matado y luego se habría suicidado.
En el momento del crimen sus dos hijos de 13 y 17 años se encontraban en el domicilio. El mayor encontró los cuerpos con signos de violencia y avisó al servicio de emergencias. La Ertzaintza barajó desde el primer momento como principal hipótesis el crimen machista.
En torno a las 7 de esta mañana, los agentes entraron en la vivienda ubicada en el barrio de Sansomendi. Cerca de allí está la fábrica Mercedes-Benz, donde trabajaban los dos fallecidos. En un amplio patio rodeado de edificios se encuentra el domicilio en cuestión.
Ya hacía tiempo que no eran pareja
La policía encontró dos cuerpos, los de una mujer de 37 años y los de un hombre de 42, con evidentes signos de violencia. Al parecer, el agresor habría degollado a su ex y se habría clavado el mismo cuchillo en el pecho. Todo sucedió en la misma vivienda, donde estaban sus dos hijos menores.
La noticia ha causado un profundo dolor y consternación en el entorno. Los que conocían a la pareja aseguran que ya hacía tiempo que no eran pareja, y que él no lo aceptaba. Una veintena de familiares y conocidos se han acercado hasta el lugar rotos de dolor.
La policía trata el caso como un crimen de violencia de género y el nombre de Erika ya se ha añadido a las otras 1.113 mujeres asesinadas en nuestro país desde 2003.
Cómo han sucedido los hechos
Según los primeros datos que han trascendido, el crimen se produjo esta mañana a primera hora. El agresor ha encerrado a su ex en un balcón de la vivienda y la ha degollado con un cuchillo de cocina. Después se ha hecho unos cortes en el cuello y finalmente se ha clavado el mismo cuchillo en el pecho, a la altura del corazón.
Los dos hijos de la pareja han avisado a los equipos de emergencia. Cuando han llegado han encontrado a la mujer muerta y al hombre con un hilo de vida. Sin embargo, ya había perdido mucha sangre y todos los intentos de reanimarle han sido en vano.
Aunque ya hacía tiempo que Erika y Óscar no hacían vida conyugal, él no aceptaba la separación. De hecho, había manifestado alguna vez a su entorno más íntimo que la iba a matar. Según la policía no había denuncias previas por malos tratos, pero el hombre ha acabado cumpliendo su venganza.
La separación, el momento de mayor riesgo
Los expertos en violencia de género explican que los trámites de separación son uno de los momentos de mayor riesgo. Según advierte la propia policía, cuando ellas advierten que se van es cuando el peligro aumenta. Una de cada cuatro condenas por violencia de género tenía como origen la separación.
La muerte de Erika ha causado una gran consternación no solo en su entorno, sino también en la sociedad. Hace ya tiempo que la violencia de género es una de las principales lacras de nuestro país. Y con la pandemia, el problema se ha recrudecido.
Por un lado, el confinamiento supuso un doble castigo para muchas mujeres que se vieron de pronto encerradas con su verdugo las 24 horas del día. Pero por otro lado, el fin del estado de alarma también conllevó un repunte de la violencia machista. Los agresores sentían que perdían el control sobre sus víctimas.
El alcalde de Vitoria, Garka Urtarán, ha condenado de forma explícita el crimen a través de un mensaje de Twitter: “Muy consternado por lo ocurrido en Sansomendi. Mi más rotunda condena a esta nuevo suceso de violencia machista que asesina mujeres y destroza la vida de menores y de otros familiares y amistades cercanas”.