Después de semanas de incertidumbre en las que planeaba la idea de la segunda oleada como algo que los científicos daban por hecho, poco a poco se va disipando un horizonte más optimista en el que muchos expertos ven factible una convivencia más o menos normal con el Covid-19 sin un crecimiento exponencial de los contagios como en marzo.
Uno de los que así opina es el epidemiólogo Antoni Plasència, que forma parte del comité de expertos que asesora el Gobierno en la crisis sanitaria y que cree que el escenario más posible, si se mantiene la detección rápida de casos y la población respeta las medidas, es que produzcan brotes localizados y no una segunda oleada como se temía.
Plasència es director del Instituto de Salud Global de Barcelona y médico consultor del Hospital Clínic, además de haber sido director general de Salud Pública del gobierno catalán desde 2004 a 2011. En su opinión estamos mejor preparados para el futuro, pero advierte que la epidemia puede volver si los ciudadanos no son responsables y solidarios.
El doctor avisa que «sabemos algunas cosas del virus, que sigue circulando, que casi el 95% de la población española no tiene inmunidad en este momento, y por tanto el escenario es que seguirá circulando y su misión en la vida es buscar gente susceptible que no tenga defensas, multiplicarse y extenderse».
Sobre lo que pasará en otoño e invierno, Plasència es prudente y no se atreve a dar un pronóstico claro, pero ve posible que haya un recrudecimiento que no necesariamente pasa por una segunda oleada sino que puede plantear un escenario muy distinto. En todo caso, dice, hay que estar preparados para poder responder.
Si el control de nuevos brotes se hace con rapidez y de manera sistemática, más que un gran incendio tendremos pequeños focos. «Estamos poniendo todos de nuestra parte para que no pueda pasar, para que no sea una oleada excepcional y de desbordamiento a todos los niveles sino algo más focalizado», dice este médico.
Concienciar a los jóvenes
Antonio Plasència avisa que aún hay más cosas que no se saben que las que se conocen sobre el virus, pero cree que sería «un fracaso colectivo inaceptable» y aboga por un modelo de movilidad menos restrictivo que permita reactivar el turismo. La clave de todo está, según dice, en que se mantenga la capacidad de detección de focos y en la respuesta rápida.
Y claro, también en la responsabilidad de la gente. «Ahora somos todos, la idea es que pongamos de nuestra parte, no solo los que estamos a primera línea», dice, y aboga por «trasladar el concepto de héroes de los sanitarios a todos los ciudadanos como seres responsables y solidarios con los más vulnerables».
En este sentido, pone el énfasis en los jóvenes ya que estos no sienten su seguridad tan amenazada y corren el riesgo de infravalorar el peligro y olvidarse rápidamente de lo que hemos pasado. Por eso propone hacer campañas de información dirigidas a ellos.
Toda prudencia es poca para evitar los contagios, dice este experto, y ve el movimiento entre provincias y la llegada del turismo internacional como retos fundamentales para el futuro de la pandemia en España. Su consejo es que haya acuerdos entre países, e ir facilitando la movilidad entre países con situaciones epidemiológicas similares. El turismo tendrá aspectos distintos durante un tiempo, dice, pero debe ir más allá del modelo restrictivo aplicado hasta ahora