Dos agentes de la Guardia Civil hablan con un pasajero durante un control de movilidad en Alguazas, Murcia (España)

Las 5 horas de angustia en España para encontrar a Óliver, el niño de 8 desaparecido

El pequeño se marchó de casa sin previo aviso y se estuvo horas buscándolo

No hay mejor noticia que poder explicar que una desaparición de un niño tan pequeño como Óliver acaba de la mejor manera posible. Y es que tuvo varias horas en vilo a su familia y a buena parte de la localidad de Fuente de Piedra y de comarca de Antequera, en Málaga, después que desapareciera este domingo por la tarde. Finalmente, tras pasar varias horas sin saber nada de él era un vecino quién se lo encontraba de pura casualidad y cómo si no hubiera pasado nada. 

Así lo confirmaban en el diario 'SUR'. Eran casi las nueve y media de la noche cuando aparecía por la calle Rafael Alberti de la localidad malagueña un menor que llevaba un abrigo rojo y unas zapatillas del mismo color. El pequeño llamó dos veces a un timbre de una de las casas de esa calle y se quedaba sentado en la acera esperando. Un vecino que vivía justo en frente, José Fernández, se dirigía a él para ver si podía confirmar la buena noticia: «¡Eh!, ¿tú eres Óliver?» y recibía la respuesta afirmativa del niño. 

Rápidamente, lo metió en su casa y avisó a la Policía Municipal que en esos momentos participaba en el dispositivo de búsqueda junto a la Guardia Civil. Óliver había sido encontrado sano y salvo, y había sido después que el propio menor decidiera volver por su propio pie a su casa, donde no encontró a nadie, ya que su madre estaba junto a la Guardia Civil buscándolo. 

El niño volvió a casa como si no hubiera pasado nada

La verdad es que José se mostró sorprendido por la tranquilidad con la que el pequeño se tomó lo que había pasado. Y es que mientras se tomaba un zumo, le preguntaron dónde había estado, a lo que respondió: «Estaba dando una vuelta». Poco después confirmaría esta misma versión ante los agentes de la Guardia Civil que se entrevistaron con él. 

Según recogía el diario 'SUR', el pequeño les contó que se había marchado de casa, enfadado con su madre, porque le había mandado hacer los deberes. Así que lo que decidió fue abrir la puerta y salir sin que la mujer lo pudiera encontrar en un primer momento. Él mismo habría explicado que estuvo escondido en un parque cercano hasta que empezó a tener frío y decidió que era hora de volver a casa. 

Se resolvía así parte del misterio, pues durante unas horas se había estado trabajando con la posibilidad de que el niño se hubiera subido a las puertas de su casa. Se estuvo durante horas rastreando a un monovolumen que había sido visto por la zona en el momento de su desaparición. 

Óliver había desaparecido sobre las cuatro y media de la tarde. En esos momentos estaba jugando online con unas amigas en su Playstation, que confirmaron que el niño se desconectó sin avisar. De repente, cogió su abrigo y salió de la casa dando un portazo, sin que su madre pudiera pararlo. Cuando salió detrás de su hijo, ya lo había perdido de vista. 

En cuanto se produjo la desaparición, rápidamente se activó un rápido dispositivo búsqueda para localizarlo. Se movilizó a buena parte del cuerpo de la Guardia Civil de la zona además de a agentes de la Policía Municipal de Fuente de Piedra y de localidades vecinas. También los vecinos lo estuvieron buscando con sus vehículos particulares. Durante horas se estuvo trabajando con la opción de que pudiera haber sido secuestrado o de que alguien le hubiera convencido para subirse a su coche. Por suerte, se acabaría confirmando que fue una simple travesura de un niño que mantuvo preocupados a su madre y a las decenas de personas que intentaron encontrarle.