Final feliz en la búsqueda de la pequeña Maia, la niña de 7 años a la que un conocido había secuestrado hace cuatro días. La policía ha encontrado a la menor junto al sospechoso de haberla secuestrado, y según las primeras informaciones, está sana y salva. La policía mantiene abierta la investigación para esclarecer lo sucedido.
Según el abogado de la familia, Rodolfo Baqué, la menor ha aparecido en buen estado: «Tenía frío y hambre, pero no tenía miedo». También ha contado que la niña estaba un poco bloqueada, pero que pudo hablar con su madre por teléfono y le dijo que la quería mucho, que la extrañaba y que tenía ganas de verla.
Los hechos sucedieron el pasado lunes en Buenos Aires, capital de Argentina, cuando un hombre se llevó a la pequeña Maia Belloso con la promesa de regalarle una bici. Desde entonces, todo el país contenía la respiración con el deseo de encontrar a la niña.
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Ahora, todos respiran aliviados ante el feliz desenlace. Han sido cuatro días de búsqueda frenético con 1.000 agentes de policía desplegados, perros rastreadores, helicópteros y drones. Además, los vecinos del lugar se movilizaron para encontrar a la niña, que ahora ha aparecido sana y salva de la mano del mismo hombre que la secuestró.
El sospechoso es Carlos Alberto Savanz, un hombre con antecedentes por abusos sexuales a menores que en el último mes se había ganado la confianza de su madre. Tanto Carlos como la familia de Maia proceden de un ambiente social desestructurado. Él se gana la vida recogiendo cartones, mientras que Maia y su madre viven y duermen en la calle.
El día de la desaparición, Carlos le dijo a la madre de Maia que se llevaba a la niña porque quería comprarle una bici. Pero la niña no volvió a casa, y su madre denunció el caso a la policía. Se montó un dispositivo especial para menores en riesgo, con la determinación de encontrar a Maia viva y devolvérsela a su madre.
La policía había podido seguir el rastro del secuestrador y la niña gracias a las cámaras de seguridad. En la última imagen se les veía montados en una bici, y luego caminando por el arcén de una estación hasta montarse en el tren. El hombre iba vestido de negro y con una gorra, y pudieron identificarlo como Carlos.
Las primeras investigaciones hacían temer lo peor, porque el hombre tenía antecedentes por abusos a menores. Los vecinos aseguraban que se la había llevado para «violarla o venderla», y el hermano del sospechoso explicó que Carlos había abusado de su sobrino.
Apareció junto a su captor
A pesar de muchos se temían lo peor, el caso ha dado un giro inesperado cuando un policía que estaba patrullando ha reconocido al sospechoso, que iba caminando por la calle con la niña de la mano. Estaban en un parque de la zona donde buscaban a la menor. El hombre ha quedado detenido por un delito de secuestro de menores.
La abuela de la niña mostró su alegría instantes después, confirmando que Maia había aparecido y agradeciendo a todos los que se movilizaron por ella. «Estábamos acá y vino mi sobrina y me dijo ya apareció. Me mostraron las fotos, y ellas estaba sentadita y sonriendo», explica la abuela.
Ahora la policía tendrá que esclarecer los motivos por los cuales el hombre se la llevó, y si puede haberle hecho aunque a primera vista no lo parece. Mientras, los vecinos celebran la aparición de Maia sana y salva. Toda una alegría para un país que en las últimas horas vivía pendiente de un milagro, que finalmente ha sucedido.
Sofía Herrero nunca apareció
El dispositivo de búsqueda para encontrar a Maia se llamaba «Operación Sofía», en honor a Sofía Herrero, una niña de tres años que desapareció en 2008 en circunstancias parecidas. Sofía no tuvo la misma suerte que Maia, y 12 años después sigue en paradero desconocido. La principal sospecha es que un hombre la secuestró.
El único testigo de la desaparición de Sofía es Néstor, un niño que entonces tenía 6 años y que ha identificado en varias ocasiones al sospechoso. Se trata de un hombre de 51 años que vive en la calle, y que en su momento dijo que se la había llevado un amigo suyo. El juez le dejó en libertad por falta de pruebas contra él.
Sofía Herrera desapareció el 28 de septiembre de 2008 cuando salió con padres y amigos a pasar el domingo en un camping. Ella y sus padres se detuvieron en un supermercado a comprar comida y luego en una estación de servicio. Al llegar al camping, la niña se alejó un poco y sus padres empezaron a llamarla, pero ya no respondía.
El caso parecía llevar claramente a Dagoberto Díaz Águilas, un vagabundo de 51 años que estaba cerca del lugar y al que el niño Néstor pudo ver e identificar. Pero con los años, la falta de pruebas llevó el caso a un punto muerto. En 2017, un juez lo volvió a reabrir con nuevas pruebas, pero a fecha de hoy aún no se sabe qué le pasó a la pequeña Sofía.