Amigos, policías y allegados buscan desde hace 26 días a una vecina de Móstoles de 80 años y aquejada de Alzheimer que desapareció junto a su perrita cuando salieron juntas a pasear el 20 de mayo por su barrio, ha informado a Europa Press un portavoz de la asociación SOS Desaparecidos.
La desaparecida se llama Edita Emeldo Piñeira Pereira, una mujer nacida en Uruguay pero que lleva viviendo en España desde hace décadas. En Móstoles residía desde hace 16 años con una familia de otro país. Según relataron a los agentes, la mujer salió como de costumbre a pasear a su perrita a las 17 horas. Pero no regresó ni ella ni su animal, por lo que ese mismo día denunciaron lo ocurrido en comisaría.
A pesar de que han realizado varias búsquedas tanto los allegados como los agentes, no la han encontrado. Los primeros días la familia recibió algunas llamadas de personas que dijeron que la habían visto junto un descampado de la localidad pero luego no recibieron más pistas. Fuentes de SOS Desaparecidos señalan que se trata de un caso «muy extraño por la edad y el lugar de residencia», ya que desapareció en un entorno urbano.
Edita mide 1,55 metros de altura, es de complexión delgada, pelo canoso y ondulado. Tiene ojos castaños y en el momento de la desaparición utilizaba chándal gris y naranja. El can es de pequeño tamaño y color blanco. Un cartel con la foto y las características cuelga desde hace semanas por Móstoles y las redes sociales. No se han registrados ni movimientos en su cuenta bancaria ni en su abono de transportes.
Un problema con las desapariciones urbanas
El presidente de SOS Desaparecidos, Joaquín Amills, considera que «algo está fallando» en las desapariciones urbanas, ya que a su juicio no se ponen todos los medios disponibles desde el principio como se hace en las desapariciones rurales, en las que la Guardia Civil tiene un protocolo actualizado que cuenta todos los elementos internos propios y externos, es decir, entidades que pueden colaborar en las búsquedas y que están inscritas el Centro Nacional de Desaparecidos.
«En las desapariciones urbanas hay que buscar en descampados, obras, parajes en los que pasa poca gente, terrenos semivallados con caminos, zonas con mucha vegetación, etcétera, a través de un mapa de batidas en un radio de acción de uno o dos kilómetros. Y en este tipo de casos, con personas mayores y vulnerables, los rastreos tienen que ser urgentes, con policías y unidades de Protección Civil voluntarios», ha señalado a Europa Press.
Amills recuerda el caso y los errores producidos en la desaparición de Macarena, la mujer de 92 años que se le perdió la pista tras acudir a una peluquería. Fue encontrada muerta en un descampado cercano a su barrio muchos días después. La autopsia determinó que había muerto ese mismo día de causas no violentas.