«Por primera vez estamos por delante del virus», dijo ayer la ministra de Sanidad, Carolina Darias. Un mensaje triunfalista que hace prever una rápida apertura hacia la recuperación de la normalidad. Europea ha dado un paso importante en este sentido, y abre la puerta a que las personas vacunadas vayan sin mascarilla, incluso en espacios cerrados.
Estamos sin duda ante un nuevo escenario de la pandemia gracias a la vacunación, que ha permitido reducir sensiblemente los casos y los fallecimientos. Aún no es el final, pero sí un primer estadio para afrontar la recuperación de la normalidad tras un año y medio. Ante este nuevo momento, muchas personas se hacen una pregunta: ¿Cuándo podremos dejar de llevar mascarilla?
El Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC) ha publicado una guía para orientar a los países en la desescalada. Parte de la idea de que la inmunización de la población nos acerca cada vez más a la normalidad, y esto afecta a las principales medidas de prevención. Según el organismo, en reuniones de dos personas o dos hogares donde estén todos vacunados, podrán estar sin mascarilla ni distancia.
Esto abre todo un abanico de nuevas situaciones. Por ejemplo, una persona vacunada que se encuentre con dos personas que no lo están pero que viven juntas, también podrán hacerlo sin llevar mascarilla ni guardar las distancias. Esto, siempre teniendo en cuenta que no haya personas de riesgo en el grupo.
El ECDC se pronuncia también sobre una de las cuestiones que está generando más interés, la de los viajes. En cuanto a los viajes y las medidas de seguridad, el órgano europeo considera que habrá que mantener la mascarilla y la distancia en los sitios donde haya aglomeraciones o en los viajes. Según especifica, los vacunados podrán ahorrarse las cuarentenas o las PCR para poder viajar, o en entornos laborales.
Volver poco a poco a la vida normal
Para elaborar esta guía, el ECDC se ha basado en los datos de países que ya llevan la campaña de vacunación muy avanzada, como Israel o Reino Unidos. Por lo tanto, esto hace pensar que el escenario que se traza aquí aún tardará algunas semanas en llegar a España. Todo dependerá de la velocidad con la que se siga vacunando, aunque a tenor del optimismo de la ministra podría ser pronto, este mismo verano.
La guía, en todo caso, va dirigida a la Comisión Europea y los ministerios de Sanidad de los países miembro. Supone una recomendación de cara a las siguientes medidas a adoptar para hacer compatible la seguridad sanitaria con la vuelta a la normalidad: «A medida que avanza el despliegue de la vacunación, es alentador tener recomendaciones basadas en evidencia de que la inmunización puede permitir lentamente la relajación de intervenciones no farmacéuticas, como el uso de mascarillas y el distanciamiento físico».
Según el ECDC, «aunque la relajación de las medidas de protección debe hacerse de forma gradual, y sobre la base de evaluaciones cuidadosas de los riesgos involucrados, confiamos en que una mayor cobertura de vacunación tendrá un impacto positivo y directo para volver a la vida normal».
Los expertos se posicionan
Estos días se está hablando mucho de las mascarillas, y los expertos intentan dilucidar el futuro escenario sin mascarilla. En España, los expertos tienen claro que no nos podremos quitar la mascarilla hasta que haya un máximo de población vacunada. Esto nos sitúa al final del verano y, por lo tanto, tendremos que estar durante el verano aún con algunas medidas básicas como la mascarilla y la distancia.
Pero hay otro escenario aún más pesimista, y es que no se puedan cumplir las previsiones del Gobierno. Entonces nos iríamos a finales de año, y no nos podríamos quitar la mascarilla hasta 2022. Todo dependerá del ritmo de vacunación, pero en todo caso, los científicos coinciden en que sería un error precipitarse y quitar las principales medidas de prevención antes de tener al común de la población inmunizada.
Otra cosa es el uso de mascarillas al aire libre, ya que cada vez más expertos están poniendo en cuestión esta medida. Esta sería la primera que el Gobierno eliminaría, e incluso se podría llegar a ver un verano sin el uso de la mascarilla en espacios públicos.