David, el niño más joven en hacer la transición de sexo en Canario

David, un niño trans de 11 años: ‘Mami, no me pongas coletas que soy un chico’

Eva y Juan adoptaron una niña china de nueve meses que a los dos años y medio dijo que quería ser un niño

«Ves mamá, yo tengo un pene pequeñito, está ahí dentro y me va a crecer». Esto le dijo una niña a su mamá con tres años en el orinal. Ahora, aquella niña tiene 11 años, se llama David y es el niño más pequeño que ha «transitado» de sexo en Canarias. Su familia, orgullosa, cuenta ahora el difícil viaje de su pequeño.

Eva, que ahora tiene 48 años, siempre había querido ser madre y adoptar. Ella y su pareja, Juan, viajaron a China llenos de ilusión para adoptar a una niña de nueve meses. «Pero el azar en la barriga de la madre que lo gestó, nos dio un niño», explica ahora, «y él nos ha enseñado que la diversidad es un regalo».

Con dos años y medio, aquella niña empezó a expresar su verdadera identidad. «Mami, a mi no me pongas coleta que yo soy un chico», le decía a su madre Eva. Juntas empezaron entonces un camino que le ha llevado a ser David, un niño de 11 años feliz y que sueña con ser youtuber. El camino no ha sido nada fácil. Su familia pasó de la negación a la aceptación, y ahora Eva puede decir sin reservas que es «una madre trans orgullosa que hace tiempo que entendió que David vino a completar el puzzle de nuestra vida».

Desde que su hija empezó a mostrar su verdadera identidad sexual, Eva y Juan buscaron respuestas. Ella repetía constantemente que era un niño y quería que se le reconociese como tal. David no quería ser una princesa, ni vestir faldas, ni llevar coletas, ni jugar con muñecas. David quería ser un pirata, vestir pantalones, lucir pelo corto y jugar a la pelota. Él mismo escogió su nombre, David, y se convirtió en el niño canario más joven en realizar la transición de un sexo a otro.

Su madre explica que «no ha nacido en un cuerpo equivocado, no rechaza sus genitales». En estos momentos, para él no es un problema tener vulva en lugar de pene. «Este es uno de tantos tópicos que se dicen acerca de la transexualidad», añade. Con su ejemplo, David les ha ayudado a ser una familia más abierta y solidaria, que completa su hermana Cloe, una niña de 9 años que admira y se desvive por su hermano. «Me da igual que David sea chico o chica, lo único importante es que sea feliz», sentencia su madre.

De la negación a la aceptación

Cuando su hija le empezó a expresar sus deseos de ser un niño, Eva no le hizo mucho caso. «No cariño, tú eres una niña», le decía. Pero la voluntad de la niña no desapareció con el tiempo, y Eva empezó a informarse sobre la transexualidad en la infancia. Entonces entendió lo que le pasaba a su pequeña, y le dio todo su apoyo: «Cariño, papá y mamá te van a querer seas niño o niña, por igual». La niña tenía ya 5 años, y ese apoyo fue fundamental para empezar una nueva vida con un nuevo nombre, David. Así es como su abuela habría llamado a su madre si hubiera sido niño.

Tras la aceptación, David se liberó y empezó a hacer algunos cambios en su pelo y en el armario. No fue fácil, ni para él ni para sus padres, por las críticas y los comentarios de su entorno. A los padres, muchos les tachaban de consentir los caprichos de su hijo «porque la adopción les había venido grande».

Después de muchas lágrimas, Juan le dijo a Eva: «No puede ser que la niña esté triste, el problema lo tenemos nosotros por nuestros prejuicios y la falta de información». Ahora son una familia feliz, así que Juan tenía razón.

No quiere operarse

David es un niño como cualquier otro, alegre y comunicativo, y con una gran pasión: las nuevas tecnologías. Le gusta pasar su tiempo libre viendo vídeos de youtubers, jugando al tenis o haciendo parkour por el jardín de su casa. Eva se derrite al ver la alegría que ahora inunda su casa: «A nadie se le puede negar una infancia feliz».

Más que lo de «eres trans», a David le molesta que se rían porque es adoptado o es chino. Por el momento ha decidido no someterse a ningún tratamiento hormonal por terror a las agujas, y su madre también le apoya en eso porque cree que muchos trans se operan «para parecer normales, por la presión social». Además, no quiere evitarle a su hijo el placer de su sexualidad o de quedarse embarazado cuando crezca.

Eva critica que no se dé información sobre la transexualidad a los padres: «Nadie te dice que el bebé que tienes en brazos puede tener otras identidad». En 2016, Eva y David fundaron la asociación Chrysallis Canarias para ofrecer apoyo e información a otras familias. Su esperanza es que la sociedad avance y se acepte mejor la diversidad. «Los menores trans existen, y han venido para quedarse», asegura.