Nadie se libra de los castigos impuestos por incumplir el confinamiento. Ni siquiera los menores de edad, que también tienen que obedecer estrictamente las restricciones de movilidad.
Por una parte, tenemos a los menores de 14 años, que desde ayer pueden salir de casa junto con un adulto para pasear durante una hora. Tal y como pudimos apreciar en varias imágenes, algunos niños no respetaban las reglas de distanciamiento social, llegando incluso a interactuar con otros menores.
Sin embargo en estos casos, los responsables son los padres de los menores que, al estar bajo su supervisión, deben garantizar el cumplimiento de las normas. De lo contrario podrán ser sancionados con multas desde los 600 euros.
¿Pero qué pasa cuando se tratan de menores de edad a partir de los 14 años? Los adolescentes no tienen permitido por el momento salir del hogar a pasear y solo pueden acudir, al igual que los adultos, a realizar alguna actividad esencial.
Expedientes disciplinarios a menores
Si un menor de entre 14 y 17 años decide saltarse el confinamiento, no será sancionado con una multa económica como es el caso de los adultos, pero sí pueden recibir un castigo bastante severo.
La Fiscalía de Menores abrirá expedientes disciplinarios a los menores a partir de 14 años que se salten más de una vez las medidas de confinamiento decretadas por la pandemia del coronavirus COVID-19.
«Si un menor se fuga, se debe dar cuenta a la Policía para que lo localicen y lo devuelvan. Si es la primera vez, se intenta hacerle entender y se advierte al menor de que si reitera, habría un delito de desobediencia y se abriría un expediente», ha explicado el Fiscal de Sala Coordinador de Menores, Javier Huete, en declaraciones a 'Europa Press'.
De esta forma, la apertura de expediente solo será posible en caso de reincidencia, puesto que se considera delito de desobediencia. No obstante, si el incumplimiento reiterado va acompañado por otro delito más grave, como el de atentado contra los agentes policiales, se podría incluso solicitar una medida cautelar de internamiento en centro cerrado.
Sin embargo, Javier Huete reconoció que el internamiento se trata de una medida «muy excepcional», puesto que el objetivo es la reintegración de los menores en sus hogares o centros de protección. Además, ha señalado que el índice de delitos de menores ha descendido drásticamente a raíz del confinamiento.