Se cumple en esta semana un mes de la desaparición de las dos niñas de Tenerife, Anna y Olivia, de 1 y 6 años respectivamente. Su padre, Tomás Gimeno de 37 años aprovechó que las niñas iban a pasar un fin de semana con él para desaparecer con las pequeñas.
Tanto el varón como sus hijas se encuentran en paradero desconocido desde el pasado 27 de abril hasta la fecha. Su madre, Beatriz, no pierde la esperanza de que las dos tinerfeñas regresarán a casa sanas y salvas.
Mientras tanto, la investigación policial continúa su curso para encontrar a las desaparecidas y a su padre. Por ahora no se han encontrado pistas que conduzcan hasta las menores y su padre. Tan siquiera se sabe si estarán los tres juntos. Tomás Gimeno logró llevarse a las niñas sin dejar pistas que ayuden a encontrarlas. Sin embargo, hay ciertos indicios que arrojan pistas sobre el caso.
Según ha informado el presidente de SOS desaparecidos, Joaquín Amills, el progenitor le entregó a su actual pareja un sobre que contenía una pequeña cantidad de dinero en efectivo con una nota donde le indicaba que hasta las 12:00 de la noche no podía abrirlo. La mujer así lo hizo. Joaquín Amills ha señalado que el dinero que le dejó Tomás Gimeno a su novia no era una cantidad grande si se compara con la cifra que él mismo se llevó en efectivo.
Por otro lado, el padre de las menores le regaló el mismo día que llevó a cabo su plan una moto y una lancha a dos de sus amigos. También modificó la titularidad de su vehículo, un coche de alta gama que había comprado el pasado verano, para dejárselo a sus padres.
Se trata de un vehículo Alfa Romeo Giulia de color negro valorado entre 44.000 y 49.000 euros, según han indicado. No cabe duda que el plan maquiavélico de Tomás Gimeno estaba premeditado por el susodicho.
Antes de comenzar su huída, dejó todo bien atado: repartió sus pertenencias y extrajo dinero de sus cuentas para sobrevivir sin tener que usar sus tarjetas de crédito porque, en el caso de hacerlo, dejaría un rastro que conduciría a la policía hasta él.
Por otro lado, el presidente de SOS desaparecido ha señalado que el modus operandi del tinerfeño deja patente que su intención no ha sido quitarse la vida después de cometer semejante acto. «Eso nos dice que no se quería suicidar, porque si lo quieres hacer, no te tomas tantas molestias con tus cosas», indica Amills.
Además, queda en evidencia que en ningún momento se le pasó por la cabeza a Tomás Gimeno devolverle a su exmujer a las hijas fruto del matrimonio. De hecho, el padre de Anna y Olivia llamó en reiteradas ocasiones a Beatriz la fatídica noche del 27 de abril para confesarle que se iba a llevar a las niñas muy lejos.
Beatriz lanza una nueva carta a propósito de una fecha especial
A propósito del Día Internacional de los Niños Desaparecidos, que tiene lugar este martes, Beatriz ha querido lanzar un nuevo mensaje a su expareja y a la sociedad. «Quisiera hacer de esta fecha tan especial para mí también un homenaje y reconocimiento a todos los que han sufrido la ausencia repentina de alguien que aman, y que jamás imaginaron que un golpe bajo de la vida se los llevara sin lógica alguna», escribe.
Beatriz no pierde la esperanza. Está segura de que «cada pequeña aportación de difusión» hará «más fácil su encuentro», señala la madre. Aunque en un comunicado anterior que manifestó a través de sus redes sociales reconoció que le flaqueaban las fuerzas después de tres semanas sin saber cómo están sus hijas. «Tres semanas... ya no me salen casi las palabras ... yo también quiero desaparecer ... ya no tengo fuerzas... esto es una tortura…», escribió.
No obstante, ella sigue luchando por traer a las pequeñas de vuelta a casa sanas. Su motor de fuerza son ellas. «Pero no podemos rendirnos... las niñas me necesitan y yo a ellas... lo que más me duele es pensar que no puedo saber cómo están... no poder hablar... no saber cuando las voy a ver...», dijo.
Tras los nuevos hallazgos policiales, queda de manifiesto que Tomás Gimeno no se planteó quitarse la vida tras sustraerle a Beatriz a sus pequeñas. Pero no hay ni rastro de su paradero ni de Olivia ni Anna. Después de un mes sin encontrar indicios que arrojen luz sobre el caso, la esperanza de encontrarlas sanas se desvanece.