"La esquizofrenia paranoide que padece está en completo retroceso". Así justificaron la forense y la juez, en 2017, la salida en libertad de la doctora Noelia de Mingo tras pasar diez años en el psiquiátrico de Foncalent (Alicante). Ahora ha vuelto a ser detenida por apuñalar a unas mujeres en el supermercado.
El 3 de abril de 2003, la doctora Noelia de Mingo apuñaló a ocho personas matando a tres de ellas en el centro de la Fundación Jiménez Díaz. Ejercía a pesar de padecer esquizofrenia, una grave enfermedad mental que no tiene cura. En el momento del ataque tuvo un brote psicótico porque pensaban que la estaban espiando.
Por aquel triple crimen fue condenada a 25 años de internamiento psiquiátrico. Pero en una polémica decisión y siguiendo los informes del centro penitenciario, la juez decretó su libertad. Noelia de Mingo salió a la calle en 2017 y quedó bajo custodia de su madre, una mujer de más de ochenta años que recibe tratamiento médico.
Ahora, la doctora ha vuelto a ser detenida en El Molar (Madrid) por apuñalar al menos dos personas por la espalda. Los hechos han ocurrido esta mañana en el supermercado Maxcoop de la avenida de España. Una persona de 46 años ha recibido una cuchillada en el costado izquierdo y se encuentra en estado grave.
Otra víctima de 53 años también ha sido apuñalada pero solo tiene heridas superficiales. La víctima grave es la cajera del supermercado, mientras que la otra es la dueña del establecimiento. Esta ha salido corriendo a buscar refugio en una farmacia cercado, donde ha acabado siendo también agredida.
Polémica decisión de la justicia
La principal hipótesis es que Noelia de Mingo dejó de tomarse la medicación y ha sufrido otro brote psicótico. A las 12 del mediodía ha salido a la calle con el cuchillo y atacado a varias personas. La policía ha podido reducir a la atacante después de un forcejeo, y ya se encuentra detenida en dependencias policiales.
Los hechos acontecidos hoy en la localidad madrileña y que pueden costarle la vida a una persona, contrastan con el informe médico de hace unos años. "El riesgo de conducta violenta futura por su parte puede considerarse bajo", decía el informe. Se basaba en que durante su reclusión solo tuvo un brote leve.
En el momento de ser liberada, la condenada llevaba casi cinco años en tercer grado y tratándose de su enfermedad. La esquizofrenia es un trastorno crónico que tiene fases de subida y de bajada. Está caracterizada por la presencia de alucinaciones y delitos que requieren tratamiento médico.
Desde el suceso que la llevó al psiquiátrico, Noelia de Mingo no ha vuelto a ejercer la medicina. Ella misma mostró su intención de dedicarse a otro trabajo "menos estresante", como traductora de textos. En el centro psiquiátrico ha estudiado portugués e inglés, y ha hecho un máster de psicología.
Los crímenes de Noelia de Mingo
La doctora Noelia de Mingo, aquejada de una esquizofrenia paranoide crónica, sufrió un brote el 3 de abril de 2003. Según la sentencia condenatoria, a las 14.20 horas de ese día, la doctora se encontraba en la sala de control 43 de la Fundación Jiménez Díaz. Fue entonces cuando se produjo el ataque.
La condenada se levantó de la mesa de trabajo y asestó cinco puñaladas a la médico residente Leilah E. O., que acabó perdiendo la vida. A continuación fue hacia María A. V., a la que le cortó el cuello. Después atacó a Belén, Carmen y María Pilar, que resultaron heridas de diversa consideración.
El ataque prosiguió con el apuñalamiento mortal de Jacinta, que estaba hablando por teléfono. Luego se encontró con Félix, un hombre de 76 años al que cosió a puñaladas. Antes de ser reducida por los celadores, aún tuvo tiempo de herir a dos mujeres más de nombre Carmen.
El 7 de junio de 2006, fue absuelta de los cargos de homicidio e intento de homicidio por la Audiencia Provincial. La esquizofrenia paranoide le libró de la cárcel y fue condenada a reclusión en un psiquiátrico. Los forenses aseguraron que padecía paranoias y alucinaciones.
Por eso había comprado un cuchillo con el que quería librarse de sus compañeros de trabajo. Durante semanas había alimentado la paranoia de que estaban urdiendo un plan para matarla. Su baño se sangre ha estado a punto de repetirse hoy, a plena luz del día, en un supermercado.