La disfagia puede ser sintoma de covid-19. El 53% de los casos de coronavirus que ingresaron desde marzo de 2020 en el hospital de Mataró tiene disfagia. El equipo médico de Pere Clavé, jefe de esta unidad especializada en los trastornos de la deglución, y gran referencia en investigación sobre la disfagia, conoce los resultados de los primeros 240 pacientes de covid hospitalizados en el hospital desde el pasado mes de marzo.
«Más de la mitad tiene disfagia, el 75% sufre riesgo nutricional, el 27% llega al hospital con signos de malnutrición. No parecería muy extraño, es algo que ocurre en muchos de nuestros pacientes que ingresan por múltiples motivos. Pero con la Covid ocurre 10 años antes», apunta Clavé.
«Si se confirma, propondremos a la OMS que lo considere uno de los síntomas de covid»
«La disfagia hay que ir a buscarla, es muy fácil que pase inadvertida», recuerda Clavé. Y el caso es que la ha encontrado de forma manifiesta. «Si se confirma lo que estamos viendo, propondremos a la Organización Mundial de la Salud que lo considere uno de los síntomas de la Covid, como pasó con los estudios iniciales sobre la pérdida de olfato y de gusto», señala el investigador.
El covid hace que la acción de tragar los alimentos sea más dificultosa, porque se introduce y se instala en las células nerviosas de la nariz y la garganta. Por ello, se produce la pérdida de sabor y olfato. Además, el coronavirus causa insuficiencia respiratoria, que provoca un debe en la deglución y debilidad muscular. Esto aumenta las posibilidades de que sea complicado tragar sin atragantarse, ni que los alimentos o la bebida finalicen en los pulmones. A su vez, parte de los pacientes graves necesita respirador y entrar en la UCI.
«Cuesta mucho recuperarse de la malnutirción», apunta Clavé
«Nos ha llamado la atención la pérdida de peso; es general en todos los afectados que vemos. Una parte de los enfermos nos llegó ya con malnutrición. Creemos que porque se habían pasado una semana en casa con la enfermedad hasta que ingresaron en el hospital por lo problemas respiratorios», asegura Clavé.
«Cuesta mucho recuperarse de la malnutrición. Por eso creemos que la evaluación a los seis meses nos dará una visión más exacta de lo importante que es la disfagia como síntoma. Así se podrá empezar a actuar antes de que dé la cara esta secuela», finaliza el experto.