La campaña de vacunación coge ritmo e invita a pensar en una rápida superación de la pandemia. ¿Llegaremos a tiempo para tener un verano normal? Aún es pronto para decirlo, pero hay síntomas de que la situación ha dado un vuelco irreversible gracias a la reducción de la mortalidad en los grupos de población más vulnerables.
Con sus luces y sus sombras, las vacunas se han convertido en la gran herramientas para encarar la salida de la pandemia. Una de las que más confianza ha generado en Europa es la vacuna de Pfizer. Ahora, La Vanguardia saca a la luz el contrato suscrito entre Pfizer y la Comisión Europea, y muestra puntos muy reveladores.
En el contrato se especifican las responsabilidades ante la aparición de efectos secundarios graves. Una cuestión relevante, si tenemos en cuenta la polémica entorno a los casos de trombos graves, algunos con resultado de muerte, en personas vacunadas con AstraZeneca y Janssen. Hay que recordar que estas vacunas han sido creadas en tiempo récord, y que existe un mayor riesgo de reacciones no deseadas en las personas.
Por eso una de las claves de estos contratos se encuentra, precisamente, en la claridad de las responsabilidades. El contrato entre Pfizer y los gobiernos europeos, entre ellos el de España, especifica que ante la aparición de algún daño a terceros, la responsabilidad recae única y exclusivamente en los gobiernos, y en ningún caso en los fabricantes.
Precio de las vacunas
Pfizer, en este caso, se lava las manos ante la aparición de reacciones secundarias, por graves que estas sean, e incluso ante casos de muerte. Más en detalle, Pfizer se hace responsable de los fallos que pueda haber en la fabricación del suero, pero una vez que lo ha entregado a los países, no se hace cargo de lo que pueda pasar ni afronta ningún tipo de indemnización. El contrato deja claro que ninguno de sus directivos, socios o trabajadores quedan sujetos a responsabilidad alguna.
Esto significa que si una persona sufre una reacción grave no podrá llevar a la compañía ante los tribunales y, en todo caso, tendría que iniciar un proceso contra los responsables, que son los gobiernos. Cabe pensar que el resto de contratos de compañías que venden sus vacunas a la Comisión Europea (Moderna, AstraZeneca y Janssen) van por el mismo camino, y hacen recaer toda la responsabilidad en los gobiernos.
Otro dato interesante que revela el contrato son los precios de las vacunas, un tema que ha generado mucha polémica y que hasta ahora se había mantenido en secreto. El contrato entre Pfizer y la Comisión Europea revela que los primeros 100 millones de las dosis se entregarán a un precio de 17,50 euros, mientras que a partir de ahí el precio sube a 13,50 euros por dosis. El precio para los 200 millones de dosis ascendería a 15,50 euros, más impuestos, según la cláusula.
Calendario de entrega
En el texto se especifica también el calendario de entrega, otro tema polémico debido al constante incumplimiento de las farmacéuticas, que ha provocado retrasos. El contrato sujeta al fabricante a la obligación de cumplir el calendario siempre que la autorización se produjera antes del 15 de diciembre, pero esta llegó seis días después. En este punto, por lo tanto, el contrato también ampara a Pfizer, que se comprometía a entregar 25 millones de dosis antes de que acabara 2020, 40 en el primer trimestre de 2021, 60 entre abril y junio, y 75 millones de dosis para el tercer trimestre.
Tras los últimos problemas con AstraZeneca, tanto por los casos graves como por los constantes retrasos en las entregas, Pfizer se ha convertido en el cliente preferencial de la Comisión Europea. Las autoridades europeas han anunciado recientemente su renovación del contrato con Pfizer, y ahora mismo esta vacuna es la gran esperanza para avanzar en el calendario de vacunación de los países miembros.
Entre ellos España, donde ayer el ministerio de Sanidad anunció la llegada de 1,7 millones de dosis de Pfizer por semana durante el mes de mayo. El suministro, que empezará el 26 de abril, permitirá dar un vuelco definitivo a la vacunación en nuestro país y completar cuanto antes el gran objetivo: vacunar al 70% de la población antes de que acabe el verano.