Un grupo de pasajeros aterrizados en Barajas desde Londres el 24 de junio de 2020

Destapan el error del aeropuerto de Barajas en plena segunda ola

La Comunidad de Madrid ha insistido al Gobierno en la necesidad de reforzar los dispositivos de control.

Un grupo de pasajeros aterrizados en Barajas desde Londres el 24 de junio de 2020
Los controles en el aeropuerto de Barajas son escasos comparados con el de otros países europeos. | Europa Press

El aeropuerto de Adolfo Suárez-Madrid Barajas ha estado en el punto de mira desde el pasado 21 de junio, cuando reabrió el espacio aéreo entre los países europeos.

La Comunidad de Madrid incluso ha llegado a definirlo como un «coladero» y no ha dudado en pedir medidas urgentes al Gobierno de Pedro Sánchez, que defiende su fiabilidad y la del resto de aeropuertos del país.

El problema de Barajas: falta de pruebas de diagnósticas

Sin embargo, según ha publicado 'ABC' los protocolos anticoronavirus brillan por su ausencia en España y contrastan enormemente con los controles realizados en otros países europeos, donde las pruebas de detección juegan un papel fundamental.

Los requisitos para cualquier viajero que llegue a un aeropuerto español es informar sobre su estancia en la región, detallar si ha pasado la enfermedad y someterse a un control visual y de temperatura. Sin pruebas diagnósticas ni cuarentenas. Una vigilancia que se antoja muy escasa y pone de manifiesto la falta de detección de casos en el aeropuerto. 

El volumen de contagiados importados en la Comunidad de Madrid ni siquiera llegan al 0,5%, una cifra irrisoria si tenemos en cuenta que estamos ante uno de los aeropuertos más transitados de Europa. El caso extremo a Madrid es el del aeropuerto de Roma Fiumicino, cuya media de importados está en torno al 20%.

Los controles en los aeropuertos del resto de Europa

Según recoge 'ABC', el aeropuerto de la capital italiana obliga a los viajeros que hayan pasado por España, Bélgica, Gran Bretaña, Francia, Holanda y República Checa a presentar el certificado negativo de una prueba realizada durante las 72 horas previas a su llegada.

Además, han de pasar otra, de tipo molecular o de antígenos con test al llegar al aeropuerto. Protocolos parecidos a los que han adoptado otras capitales europeas como Lisboa, París o Berlín.

En Lisboa, con una tasa del 3% de contagiados procedentes del extranjero, los viajeros no europeos tienen la obligación de aportar un test negativo o pagar el test que le realizarán en el propio aeropuerto.

En Francia el protocolo es similar, los viajeros de países miembros de la UE y una veintena de países si pueden entrar y salir libremente, pero para un segundo y un tercer grupo que incluye países como Estados Unidos y Brasil deben presentar también una prueba negativa.

El caso de Alemania ya es superlativo. Durante el verano, cuando se produjo un repunte de casos en la capital, los casos importados eran descubiertos en los test gratuitos que se realizaban a los recién llegados en aeropuertos y estaciones de tren.

Con el inicio del curso escolar y la reducción de los viajes, esta capacidad diagnóstica se trasladó a la educación. Eso sí, en estos momentos cualquier viajero procedente de una zona de riesgo como España está obligado a guardar una cuarentena supervisada por el centro de salud de su distrito.