Francisco Pérez Benítez, un militar del cuartel de Aizoáin (Navarra), ha fallecido menos de un mes después de recibir la vacuna de AstraZeneca.
Tal y como han relatado ahora desde 'El Español', el hombre recibió el suero desarrollado por la Universidad de Oxford el pasado 7 de abril. A penas unas horas después de la inyección empezó a encontrarse mal. No obstante, siguió acudiendo a su puesto de trabajo con normalidad.
Pero una semana después, el jueves 15, los dolores de cabeza y un intenso malestar agudo le obligaron a acudir a urgencias. Los médicos no le descubrieron nada y lo mandaron nuevamente a su casa. Sin embargo, tuvo que regresar al hospital el día 19, pero una vez más fue enviado a su domicilio.
Su mujer se lo encontró inconsciente dos días después, el miércoles 21, y lo llevó por tercera vez a la Clínica San Miguel de Pamplona. El militar fue ingresado allí y posteriormente trasladado a la Clínica Universidad de Navarra, donde permaneció hospitalizado hasta que finalmente falleció la madrugada del 23 a consecuencia de un trombo.
La causa de la muerte
Margarita Robles, la ministra de Defensa, se puso a disposición de los allegados de Francisco Pérez en cuanto supo de su fallecimiento y este lunes, 3 de mayo, le has ha visitado en el cuartel de Aizoáin.
Allí ha confirmado que la causa de la defunción ha sido el suero de AstraZeneca. «En los informes médicos que nos han dado parece que no hay ninguna duda que la consecuencia fue la administración de la vacuna», ha explicado.
No obstante, ha incidido en la necesidad de seguir con la campaña de inmunización. «Es verdad que es muy duro y que pasan situaciones como estas, pero la vacuna también es un seguro», ha destacado. «Al virus lo tenemos que vencer, y la mejor manera, aunque haya momentos duros y dolorosos, es precisamente la vacuna».
Francisco falleció sin conocer a su hija
Francisco Pérez Benítez entró en el año 2011 en el Ejército de Tierra, con 25 años recién cumplidos. Empezó en el Regimiento Cazadores de Montaña 'Galicia' número 64 en Java, Huesca, y fue allí donde conoció a su mujer en el 2014.
Ese mismo año él consiguió una nueva vacante en el Regimiento de Infantería 'América' número 66, de Cazadores de Montaña, en Aizozáin y se mudó allí. Dos años después, Elizabeth siguió sus pasos y también se desplazó hasta Navarra.
Allí ambos habían conseguido forjar una nueva vida juntos. Consiguieron un piso en Berrizoar, a tan solo cinco minutos del cuartel donde él trabajaba.
En el año 2018 fue ascendido a cabo y condecorado con la Cruz al Mérito Militar con distintivo blanco, que premia la constancia y el trabajo extraordinario.
El pasado 12 de febrero se casaron por lo civil en una ceremonia discreta e íntima y estaban esperando a su primera hija. Pero Francisco Pérez ya no podrá conocerla. Beth estaba embarazada de cinco meses en el momento en el que el militar falleció.
Según la información que ella misma ha relatado al 'Diario de Navarra', tenían planeado vender el piso de Berrizoar y comprar una nueva casa con jardín para criar a su primogénita.
«Nos ha tocado de lleno»
El fallecimiento de Francisco Pérez ha causado gran conmoción entre todos aquellos que le conocieron. Todas las personas que se cruzaron con el cabo han tenido buenas palabras para él.
Tenía «una personalidad tremenda, que iluminaba», han explicado un amigo suyo del Regimiento a 'El Esapñol'. «Era muy compañero de sus compañeros, con mucho talante y humanidad. Lo suyo nos ha tocado de lleno. Nunca pensamos que ese 0,00034% nos fuera a tocar a nosotros».
Asimismo, ha asegurado que Francisco Pérez siempre estaba sonriendo y que se distinguía como «un trabajador incansable».