La imagen de la Casa Real se tambalea por los continuos escándalos que protagonizan los familiares de los que rodean al actual Rey de España Felipe VI. Los esfuerzos del Borbón se concentran en mantener la institución limpia de los trapos sucios con los que, desde luego, el Rey no quiere vincularse.
Desde que se conoció la sentencia impuesta a Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina, con la resolución de una pena de cárcel de 5 años y diez meses por los delitos de malversación, prevaricación, fraude a la Administración, dos delitos fiscales y tráfico influencias; la Zarzuela no ha tenido descanso.
Hace poco estallaba la bomba en la que se ponía en entredicho las finanzas del Rey emérito, Juan Carlos I. Su hijo y heredero de la Corona tuvo que verse en el mal trago de destituir a su padre del salario vitalicio que le correspondía así como romper los lazos con él para no salir ‘perjudicado’.
Las generaciones sucedáneas a los hijos de Don Juan Carlos I, tampoco están exentos de críticas. Victoria Federica, hija menor de la infanta Elena y de Jaime de Marichalar, es la protagonista del último escándalo.
Parece que los secretos de la Casa Real no están a buen recaudo con la hija menor de la infanta y su círculo más cercano.
El topo de la Zarzuela relacionado con Victoria Federica
La vida que lleva la adolescente de 19 años, preocupa a los miembros de la Casa Real. Tanto es así que, el propio Felipe VI, se vio en la tesitura de aconsejarle a su hermana Elena para que controlara un poco más a su hija pequeña.
Los novios de la hija de la infanta no han sido del agrado de la familia. Cuanto menos al saber que Victoria Federica podría haberle contado a sus parejas informaciones sensibles de los Borbones.
Gonzalo Caballero, expareja de Victoria Federica y amigo de Froilán, fue un claro ejemplo de lo que acontece. Durante la relación sentimental de los jóvenes, Caballero habría dado un número significante de titulares a la prensa rosa.
No obstante, el joven insta en desmentir que actualmente mantenga una relación con los periodistas. Considera que tales acusaciones, aparte de no ser ciertas, ensucian su imagen. “Dicen que filtro información y que hablo con la prensa, pero llevo dos años sin dar una entrevista. Esas mentiras dañan mi imagen”, dice Caballero.
El estilo de vida de la hija de la Infanta molesta a la familia
Por otro lado, los hábitos de Victoria Federica también son un tema escabroso para la Zarzuela. No está bien visto que la joven fume, pero menos que lo haga en la puerta de un instituto tal y como se vio en la prensa.
Las fiestas nocturnas, los piercings y los pequeños tatuajes de la adolescente podrían ser otros de los factores que han puesto en jaque la ‘buena imagen’ que debería de proyectar como hija de la infanta y sobrina del Rey.
Todo ello sin contar con las discusiones que suele tener con su madre, la infanta Elena, a pie de calle y que llaman la atención entre la ciudadanía y la propia Zarzuela.
Los últimos titulares que la joven ha regalado a la prensa, y que son una muestra más de que Victoria Federica habría escogido otro camino muy diferente a su familia, han tenido lugar en tiempos de Covid.
El Estado de Alarma decretado el pasado marzo por el Gobierno a causa de la pandemia, no impidió que la hija menor de la infanta acudiera a la peluquería. Para ello, se desplazó desde Madrid a Jaén donde recibió su sesión de belleza.
Victoria Federica, sin mascarilla ni guantes, se tomó unas fotos con la peluquera. La profesional compartió las imágenes con el público de sus redes sociales. La lluvia de críticas y comentarios negativos llegaron de inmediato.
Por otro lado, su genio le delata cuando la joven, apoyada distraída en un coche, le propinó una patada a un vehículo estacionado en el arcén y se volvió para recriminar al conductor porque el turismo se estaba moviendo.
En definitiva, la exposición pública de la nieta del Rey emérito y su estilo de vida podría debilitar la imagen ya dañada de la propia Corona en sí. Sus tíos, los Reyes actuales de España, le han dado un toque de atención para que se comporte como un miembro de la Casa Real.