Si algo ha provocado la pandemia, es que los profesionales sanitarios de los hospitales españoles hayan vivido situaciones que no habían visto hasta ahora. Han sido muchos meses en los que las plantas pero sobre todo las ucis de muchos centros hospitalarios han estado al borde del colapso causando situaciones que sin duda alguna les hubiera gustado evitar a muchos médicos de toda España.
Y es que será difícil de cuantificar las vidas que se podrían haber salvado si estos hubieran contado con los recursos necesarios, sobre todo en cuanto a personal. Pero mientras está pregunta seguramente quedará sin respuesta, todavía hay familias que se plantean si se podía haber hecho alguna cosa más por sus familiares que han fallecido en los hospitales españoles en los últimos meses.
Eso es la que ha vivido en los últimos días la familia de Josefina Villca, una mujer de 55 años que perdía la vida el lunes de la semana pasada en un hospital de las Islas Baleares. Su marido, Primo Puma, explicaba su caso en el diario 'Última Hora', creyendo que realmente se podría haber hecho algo más para que no se sumará a la lista de víctimas del covid en nuestro país: «Si le hubieran hecho más caso , a lo mejor estaría viva».
El marido de Josefina relata como todo empezó en el pasado mes de enero. Fuen entonces cuando empezó a tener los primeros síntomas que podías ser compatibles con la enfermedad. De manera casi inmediata, se dirigieron a una consulta médica. «Fuimos al centro de salud de Arquitecte Bennàssar y de allí nos enviaron a Son Espases», afirma.
Recibió dos veces el alta antes de empeorar y perder la vida
Empezó entonces una primera hospitalización que duro 15 días. En el centro hospitalario le confirmaron el positivo y Primo y su hijo de 12 años mantuvieron la cuarentena. Cuando pasaron esas dos semanas, los médicos le dieron el alta, todo pese a que Primo comenta que «seguía sin encontrarse bien aunque nos decían que había mejorado».
No tardó mucho en empeorar nuevamente, teniendo que ser atendida por los médicos que le recetaron corticoides. Pero su salud se fue deteriorando y volvió a ingresar el 1 de marzo con problemas pulmonares y una posible infección bacteriana.
Aunque allí nuevamente la volvieron a mandar para casa cuando solo habían transcurrido diez días. Pero Josefina volvió a empeorar: «Cuando volvió de nuevo a casa no podía hacer vida normal. Se fue con una amiga al centro de salud a exigir un medicamento para la tos seca, se sentía mal».
Primo lamenta como un domingo fue ingresada en la UCI tras pasar por Urgencias pero como aunque «pensé que iba a mejorar pero su salud empeoró y ya no volvió a despertar». Todo pese a que los médicos de la UCI le iban diciendo que las pruebas iban bien.
Hubo un momento donde el deterioro de su salud se disparó de forma repentina. Le detectaron finalmente una fibrosis pulmonar post-covid y aunque fue tratada con una oxigenación por membranas extracorpóreas, tras no responder a la ventilación mecánica, está no pudo evitar su muerte.
Tras ello, el marido de Josefina no puede dejar de pensar en que si hace algunas semanas hubieran analizado su caso más en profundidad todavía la tendría a su lado. Es por eso que pide «que no se tenga tanta prisa en dar altas a la ligera» y se evite «que nadie tenga que vivir esta misma situación». Ahora solo le queda llevar como puede el profundo dolor de haber perdido a una mujer «buena» y «siempre dispuesta a tender la mano» con la que ha compartido los últimos trece años.