El pasado domingo 31 de octubre, un joven de 19 años llamado Gerard mató a su madre en Ripoll (Girona) y se dio a la fuga. María Isabel Carpio, de 46 años, murió apuñalada por su hijo. Lo encontraron al día siguiente escondido en un bosque, y ayer declaró ante el juez.
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Inicialmente, Gerard Pasamontes se acogió a su derecho a no declarar y solo respondió a las preguntas de su letrado. Pero cambió de opinión después de escuchar la intervención del fiscal, que pidió prisión para él por un delito de asesinato con alevosía. El joven dio una versión que se contradice con los indicios hallados y la declaración de los testigos.
La hipótesis oficial de la policía es que María Isabel llegó a casa después de estar toda la noche trabajando. Se encontró con su hijo con un amigo en la habitación, donde habían estado de fiesta con otros jóvenes, bebiendo y fumando. Entonces se desató una discusión que acabó con el apuñalamiento mortal.
Una versión poco creíble
Según la declaración del investigado, su madre entró en la habitación donde estaba con un amigo y le amenazó con un cuchillo para que se fueran. Empezó un forcejeo que acabó con la madre contra la pared y el cuchillo hundido en su cuerpo. La mujer se arrastró hasta la puerta y se sacó ella misma el cuchillo para clavárselo.
Gerard relata que entonces él cogió otro cuchillo y le pinchó un poco la cabeza. Según su declaración, las cuchilladas mortales en el cuello se las hizo ella misma. Pero un vecino vio como él le apuñalaba en el rellano de la escalera, y así lo declaró ante la policía.
Además, según la autopsia la fallecida padeció una violencia extrema que no coincide con la versión del detenido. Tenía una pedazo de la hoja del cuchillo alojado cerca de la columna vertebral, dos cuchillas en el cuello y cinco en la cabeza. Media docena más de lesiones graves atestiguan el festín de violencia que se dio el joven.
'Despierta, he matado a mi madre'
Gerard Pasamontes reveló un inquietante detalle en su declaración de ayer. Después de haber asesinado a su madre, se dirigió a su amigo con las siguientes palabras: “Despierta, he matado a mi madre, corre y sal de aquí si no quieres ser el siguiente”. Su relato no ha convencido al juez, que ha decretado prisión provisional para él.
La inspección ocular del escenario, los resultados de la autopsia y la versión de los testigos avala la tesis de la fiscalía. Según uno de los jóvenes del círculo cercano al detenido, había comentado alguna vez que algún día mataría a su madre. El joven tenía antecedentes por maltrato a su madre y profesaba la ideología nazi.
Los investigadores encontraron en su casa varios objetos con simbología fascista, y él mismo mostraba abiertamente sus pensamientos en redes sociales. Esto coincide con el perfil que están elaborando del joven y su carácter extremadamente violento. La misma violencia que el domingo empleó contra su madre.
Se escondía en el bosque
María Isabel Carpio trabajaba en una empresa cárnica, donde había pasado la noche del domingo mientras su hijo hacía una fiesta en casa. Uno de sus amigos se quedó a dormir. Es el joven que presenció los hechos, y al cual el juez exime de toda responsabilidad.
Cuando los investigadores llegaron al escenario del crimen, el presunto autor ya no estaba. Había huido al bosque, donde 24 horas después fue visto por los clientes de un restaurante que salían de una comida. El chico salió de entre la maleza, lleno de rasguños y descalzo.
Los allí presentes reconocieron al joven, cuyo retrato estaba por todas partes. Llamaron a los Mossos d’Esquadra, él se puso los zapatos y echó a correr. Los agentes lo acabaron apresando, aunque él se resistió con agresividad blandiendo un cuchillo.
Seguimiento de servicios sociales
Gerard Pasamontes, de 19 años, declaró tener vínculos familiares en Ripoll, con su abuela paterna, a cuya casa va a comer a menudo, y amigos con los que queda asiduamente. Los servicios sociales hacían un seguimiento de la situación de la familia. Al parecer, entre madre e hijo existía una relación tensa con violencia de por medio.
Gerard vivía con su madre, y tiene un hermano mator que está ingresado en un centro por incapacidad. La localidad de Ripoll quedó consternada por los hechos, y se celebró una concentración silenciosa de rechazo. La Generalitat ha activado el protocolo por casos de feminicidio, y quiere estudiar las circunstancias que han desencadenado el suceso.
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