Foto del joven asesinado David Hernández

David tenía 18 años y salió de casa en pijama: el otro crimen sin resolver en España

Laguna de Duero se concentrará el 16 de febrero para pedir justicia por el joven brutalmente asesinado hace dos años

La localidad vallisoletana de Traspinedo sigue consternada por la misteriosa muerte de su vecina Esther López.

Diez días después del hallazgo del cadáver siguen sin estar del todo claras las causas del fallecimiento. Desde que desapareció, el 13 de enero, los vecinos se han concentrado pidiendo justicia.

A sólo 28 kilómetros de allí, en Laguna de Duero, mañana tendrá lugar una concentración pidiendo justicia para David Hérnandez. Será el 16 de febrero, exactamente dos años después de que este joven de 18 años fuera asesinado. Este crimen sigue siendo un gran misterio y no hay ni detenidos ni sospechosos.

David Hernández fue víctima de una paliza mortal en el parque de detrás del polideportivo. Pero lo más extraño es que el joven había salido de casa rápido y corriendo, en pleno confinamiento con la ropa por encima del pijama. La sospecha de un ajuste de cuentas sigue planeando sobre el caso, pero sin avances.

Recibió una paliza mortal

Noche del 15 al 16 de febrero de 2020, Laguna de Duero (Valladolid). Con las calles del pueblo desiertas, un mes antes del confinamiento, un joven de 18 años sale en estampida con el pijama puesto y ropa de abrigo. En el parque le dieron una paliza con varios golpes, un traumatismo mortal y dos cuchilladas en el costado.

Foto de madre e hijo
Lorena Sánchez con su hijo David Hernández | Cedida

La pregunta que flota en el aire desde entonces es por qué salió de casa a altas horas de la noche y con quién se citó. Dos años después, su familia sigue sin tener respuestas y el caso sigue bajo secreto de sumario. El grupo de Homicidios de la Guardia Civil sigue el hilo de un supuesto ajuste de cuentas, pero poco más.

No hay testigos, ni cámaras de seguridad, ni arma homicida, ni restos de ADN para señalar a los posibles agresores. Saben que David conocía a las personas con las que se encontró, y que intentó defenderse de los atacantes antes de morir. El chico salió de casa sólo con un móvil apagado y un mechero. 

Un caso rodeado de misterio

David vivía con su madre en la avenida Prado Boyal, a cinco minutos del parque donde apareció muerto. Iba con el móvil pero estaba apagado, algo muy poco usual en un chico de 18 años y que también hace sospechar a la policía. “Puede ser que actuara por el temor de una posible amenaza”, barajan los investigadores.

También encontraron el cuerpo sin la cartera ni la documentación, razón por la que se complicó la identificación. Esto podría indicar un robo de la cartera, pero no tiene por qué ser el motivo principal del crimen. El parque estaba oscuro y desierto, motivo que añade más misterio y complejidad al caso.

El clavo ardiendo de la investigación son las cámaras de seguridad, que sin embargo aún no han aportado nada relevante. También se revisaron los últimos mensajes de la víctima en su teléfono y se interrogaron a los amigos del entorno. Todo ha resultado en vano, para desesperación de familiares y amigos.

Piden encontrar a los asesinos

El acto de mañana es un homenaje en recuerdo del joven asesinado, pero también un llamamiento para que el caso no quede en el olvido. Su madre, Lorena Sánchez, lo expresa así: “Me dirijo a todos los laguneros para que podamos hacer una concentración a favor de David para que se haga justicia de una vez por todas”. 

Foto del homenaje a David Hernández
Una concentración anterior en recuerdo de David | Cedida

Ha pedido a los vecinos que difundan la convocatoria, el 16 de febrero a la misma hora y en el mismo lugar donde murió su hijo. “Necesitamos que se haga justicia”, ha exclamado, “que no anden unos asesinos sueltos y él pueda descansar en paz”. “Por el niño de la eterna sonrisa”, concluye, en un claro guiño a Esther López.

Lorena estaba con su hijo cuando desapareció, y explica que “era muy nervioso, hiperactivo y no soportaba el confinamiento”. Por la mañana lo buscaron, hasta que les llegó una foto del chico que habían encontrado muerto en el suelo. Desde entonces, su único deseo en la vida es que los responsables paguen por lo que hicieron.