Cristóbal L. C., alias el Toba, ha sido puesto en libertad después de una orden dictada por el titular del juzgado número 5 de Alcalá de Henares. El pederasta de Valdeavero, tal y como es conocido en la localidad, abusó sexualmente de al menos 11 niños.
Cristóbal regentaba una frutería y se esforzó mucho para ganarse el cariño y el respeto tanto de sus clientes como de sus amigos. Nadie imaginaba que detrás de este hombre amable se escondía un agresor que le había arruinado la vida a muchos menores.
Las autoridades detuvieron al frutero en diciembre de 2020 y el proceso fue bastante breve porque había muchas pruebas incriminatorias. Le acusaron de abusar y condenaron por aprovecharse de niños cuyas edades comprendían entre los tres y los 13 años.
Fuentes cercanas al caso aseguran que la familia de las víctimas está indignada con la decisión del juez de Alcalá de Henares. Aseguran que los niños siguen sufriendo secuelas y que están aterrorizados por si vuelven a encontrarse con Cristóbal L.C.
La acusación popular y la acusación particular ya han mostrado su descontento con la situación y garantizan que recurrirán la sentencia. Aseguran que los menores afectados todavía son muy vulnerables y que su estado psicológico requiere mucha protección.
Medios locales se han puesto en contacto con el entorno del pederasta, pero nadie se atreve a romper el silencio tras un suceso tan delicado. Especulan con la posibilidad de que ni siquiera su familia comprende la orden dictada por el juzgado número 5 de Alcalá de Henares.
Las autoridades defienden a Cristóbal: “No existe riesgo de fuga”
Los familiares de los menores que sufrieron los abusos del frutero han hecho lo único que podían: llamar la atención de los medios. Hay mucha gente que no entiende el motivo por el que un delito tan grave y masivo no ha recibido un castigo más estricto.
Los investigadores pudieron demostrar que Cristóbal L. C. agredió sexualmente a 11 niños, pero sospechan que existen más víctimas. Es un caso tan complicado que hay mucha gente que no quiere hablar porque sigue teniendo miedo, más después de la puesta en libertad.
En el auto de puesta en libertad las autoridades aseguran que “no existe riesgo de fuga, ya que el investigado cuenta con arraigo a España”. Esa es la razón por la que puede continuar el proceso fuera de prisión, pues piensan que no escapará de la justicia.
Están convencidos de que “tampoco hay riesgo de reiteración delictiva”, algo con lo que algunos expertos no están completamente de acuerdo. Piensan que ha pasado muy poco tiempo para conseguir una plena reinserción porque estos problemas requieren mucha constancia.
Cristóbal tiene dos hijos menores
El entorno de los niños que han sufrido al frutero aluden a un hecho muy concreto: él también tiene dos hijos menores de edad. Justamente este es el motivo por el que la justicia le ha puesto en libertad, pues piensa que por ellos no intentará escapar.
Consideran que es suficiente con interponer una orden de alejamiento, así que el agresor no podrá acercarse a sus víctimas a menos de 500 metros. También le han prohibido entrar y residir en la localidad de Valdeavero, lugar donde sucedieron los hechos.
El auto, firmado el pasado 18 de octubre, impide que el investigado se acerque al centro escolar de los menores afectados. Tampoco podrá rondar por los alrededores de sus domicilios, pues de lo contrario quebrantaría la polémica puesta en libertad.
La acusación ya está preparando una estrategia para frustrar la decisión del juez porque la consideran demasiado peligrosa. El implicado no ha se ha puesto en manos de expertos y podría seguir teniendo determinadas tendencias delictivas.