La noche del lunes, los vecinos del número 8 de la calle Alegría del barrio de San José, en Zaragoza, se vieron sobresaltados. Escucharon a una mujer gritando “tira el cuchillo” y pidiendo auxilio. Minutos después encontraron a una joven muerta y un hombre herido en el rellano del primer piso.
La víctima mortal es Cristina, vecina del Primero B, y el agresor Adil, vecino del Primero A. Lo que esta joven de 30 años no sabía era que su vecino, de origen marroquí, ya había matado a otra chica en 2001. Estaba en busca y captura por no haber vuelto a la cárcel tras un permiso penitenciario.
El agresor fue conducido al hospital donde permanece bajo custodia policial mientras se recupera de las lesiones. Según su versión, Cristina llamó a su puerta y le agredió con el cuchillo. Pero la policía cree que fue al revés, y ahora tratan de aclarar qué vínculo unía a víctima y agresor.
Dos años escondido
En 2001, una francesa de 24 años llamada Siham fue asesinada en Madrid mientras hacía turismo con una amiga. La víctima fue atacada por Adil, un marroquí que fue condenado y encarcelado en la prisión de Zuera. En 2020 salió de permiso penitenciario pero no volvió a la cárcel, y estaba en busca y captura.
Adil Lazizi ha pasado dos años escondido en el primer piso de la calle Alegría, viviendo puerta con puerta con Cristina. La policía cree que el pasado lunes él la atacó y ella, intentando defenderse, le causó las heridas que lo mandaron al hospital. Ella murió con un cuchillo clavado en el abdomen.
Adil está ingresado en el hospital Miguel Servet de Zaragoza, y desde su cama ha ofrecido a los agentes una versión poco creíble. Asegura que él tiene novia y que Cristina se le insinuaba pero que él no le hacía caso. Dice también que ella llamó a su puerta, le atacó con un cuchillo y él se defendió.
La versión del detenido
Lejos de guardar silencio ante la policía, desde la cama del hospital Adil ha decidido ofrecer su versión de los hechos. Dice que ella llamó a su timbre “como hacía tantas veces” porque estaba “obsesionada” con él. Adil, de 45 años, asegura que Cristina fue a esa hora porque sabía que su novia estaba trabajando.
“Tardé en ir hacia la puerta, me asomé a la mirilla y vi que volvía a su casa, así que abrí la puerta y me clavó el cuchillo en el abdomen”, ha explicado. Acto seguido, según su versión, los dos cayeron al suelo y él intentó quitarle el arma hasta que lo consiguió. Le asestó varias puñaladas, una mortal en el cuello.
Adil tendrá ahora que ratificar esa versión ante el juez, cuando sea llamado a declarar entre hoy y mañana. La investigación apunta a que fue el hombre quien agredió a la mujer, aunque sigue sin estar claro el motivo. Creen que pudo haber reeditado el crimen de 2001, pero tampoco descartan el móvil de género.
Adil es un depredador
Los antecedentes del agresor juegan en su contra, ya que hace veinte años mató a una joven cuando esta se negó a mantener relaciones sexuales. En aquella ocasión quedó demostrado que Adil es un depredador sexual y un asesino. Y a la vista de los hechos, no se ha rehabilitado.
La primera víctima de Adil era una turista francesa que estaba visitando Madrid junto con una amiga. Conoció al marroquí por casualidad cuando este iba también acompañado de un amigo. Los cuatro fueron a la vivienda de uno de los hombres en el distrito de Tetuán, donde se desencadenó la tragedia.
A las ocho de la mañana una de las dos jóvenes oyó los gritos de dolor de la otra, y al entrar en la habitación la vio sangrando. Siham presentaba ocho puñaladas y su agresor había huido. Adil se presentó horas después en la comisaría en ropa interior, y fue acusado del crimen de la chica.
La investigación concluyó que la había matado por no querer mantener relaciones sexuales. El ataque se produjo con un cuchillo de cocina de 20 centímetros, de forma similar al que tuvo lugar el pasado lunes en Zaragoza. “El hombre es culpable siempre”, decía Adil mientras se lo llevaba la ambulancia.