El conseller de Educación de Baleares, Martí March, ha asegurado este martes durante el pleno del Parlament que los equipos UVAC (nuevas unidades volantes de atención al COVID-19) no avisaron del resultado negativo de las pruebas PRC a dos profesores del instituto Josep Miquel Guardia porque el número de móvil «estaba equivocado».
El responsable autonómico ha respondido de este modo a la pregunta de la diputada 'popular' Asunción Pons sobre la incorporación al trabajo de profesores sin conocer los resultados de las pruebas PCR.
Pons ha criticado que 13 profesores del instituto Josep Miquel Guàrdia de Alaior y otros 23 de instituto Pasqual Calbó de Mahón fueran «obligados a volver a trabajar» después de haberse diagnosticado un positivo en las aulas sin saber si la prueba había dado resultado positivo o negativo.
March no ha hecho ninguna referencia a la situación en el instituto de Mahón y tan solo ha explicado lo sucedido en el centro de Alaior. Según ha manifestado, el director del instituto Josep Miquel Guardia fue el encargado de dar una relación de posibles contactos con el positivo del centro a la UVAC. «Bajo esta premisa se realizaron las PRC según marca la normativa existente», ha dicho March, quien ha matizado que se consideró que algunos de los contactos que había dado el director no se correspondían con el protocolo, puesto que no eran contactos estrechos.
«Aún así se realizaron las PRC y la UVAC informó al director del centro de que todos los profesores habían dado resultado negativo», ha indicado. Asimismo, ha remarcado que «a todos se les informó del resultado de la PCR, a excepción de a dos, porque el número de móvil estaba equivocado».
El responsable de la Conselleria de Educación ha señalado que se trata de dos casos aislados y ha apuntado que «la realidad demuestra que la escuela resiste y que los protocolos se están aplicando de manera adecuada».
Cuál fue la denuncia de los afectados
Fueron los propios docentes afectados los que dieron a conocer la situación hace unos días. Concretamente los del instituto Josep Miquel Guardia, que confirmaban la semana pasada, según explicaba 'menorca.info', como se habían tenido que reincorporar a su trabajo antes de saber si su prueba PCR había dado negativo.
Estas instrucciones habrían sido dadas por el servicio de prevención de riesgos laborales, que desde la consejería de Educación se habría dejado en manos de una mutua privada para hacer el seguimiento de los casos.
Algunos profesores decidieron voluntariamente no acudir a su puesto de trabajo, con el consentimiento del director del centro. Y lo hicieron con el desconcierto después de las instrucciones recibidas por los sanitarios cuando se realizaron la primera prueba PCR. Estos les dijeron que debían mantenerse aislados y someterse a una segunda PCR el 30 de octubre. Sin embargo, el protocolo comentado anteriormente les obliga claramente a volver a las aulas inmediatamente.
La Consellería de Educación lo justificaba diciendo que hubo una confusión en la manera de definir si habían sido contacto estrecho o no de un alumno que había dado positivo. En el caso del instituto de Alaior, se explica que en un principio si se consideró que algunos docentes habían estado en contacto con un alumno contagiado pero que al elaborar un segundo rastreo se acabó descartando que fueran contactos estrechos y que por eso estaba justificada su reincorporación.
Esto es lo que pasó también en el instituto Pasqual Calbó de Maó. Tras el positivo de un alumno, se realizó una PCR a los diferentes profesores del centro. A los que dieron negativo se les invitó a reincorporarse sin esperar a los resultados de una segunda prueba que pudieran descartar que se hubiera producido un falso negativo.