Montaje con foto de Clotilde

Clotilde, la española asesinada por su marido de vacaciones: ya le perdonó una vez

Regentaba una parada en un mercado de Vigo y ha sido cosida a puñaladas por su marido en Tenerife

Clotilde Rodríguez regentaba un puesto en el mercado de O Berbés, en Vigo, donde era muy conocida y querida. Tilde, como la conocía todo el mundo, fue asesinada el miércoles por la tarde por su marido, Ángel Martínez. Estaban pasando unos días de vacaciones en Los Cristianos, un pueblo de Tenerife. 

Ángel Martínez y Clotilde Rodríguez vivían en el barrio vigués de Teis, y pasan largas estancias en Tenerife. El matrimonio había pasado por una fuerte crisis hace unos años e incluso llegaron a separarse. Tras un tiempo separados, Ángel le pidió perdón y ella aceptó volver con él.

Aun así no constan denuncias previas por malos tratos, ni los servicios sociales tuvieron que intervenir en el apartamento. Todo se desencadenó el miércoles por la tarde, cuando después de una discusión el hombre presuntamente mató a su mujer. Quedó detenido tras intentar autolesionarse-

Ángel no cae bien a nadie

Los vecinos de Teis aseguran que Ángel es un tipo con un carácter difícil que no cae bien a nadie. “Altivo y maleducado”, así es como describen a este vendedor de pescado jubilado que ahora está acusado de la muerte a puñaladas de su mujer. En el barrio cuesta encontrar a alguien que hable bien de él.

Foto de Clotilde Rodríguez
Clotilde regentaba una parada en el mercado de O Berbés, en Vigo | Cedida

Le recuerdan de bajar a comprar el pan, pero trataba mal a las empleadas y tuvieron que echarle varias veces del local. En cambio, Clotilde era una mujer tranquila a la que sus clientas del mercado adoraban por su amabilidad. Clotilde y Ángel, de 82 y 83 años, tenían dos hijas.

Todos los años solían huir del frío del invierno gallego pasando largas temporadas en las Islas Canarias, su destinación favorita. “Nos vemos en verano”, decían cuando llegaba el frío, y se iban a Tenerife para después volver a Vigo. Por eso llevaban tiempo sin aparecer por el barrio. 

Maltratador habitual

Clotilde y Ángel tenían un apartamento en la avenida de los Playeros, en pleno centro del pueblo tinerfeño de Los Cristianos. Allí eran considerados unos vecinos más, sobre todo Ángel que era quien más se mezclaba con los demás. Al parecer, en los últimos días había sufrido un grave problema de salud. 

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Inicialmente trascendió que Ángel tenía un cáncer terminal y que este podría haber sido el detonante del crimen. El entorno lo ha desmentido, y aunque el hombre es hipocondríaco solo tiene achaques de la edad. Lo único que se sabe por ahora es que el miércoles decidió acabar con la vida de su mujer.

Luego se hizo varios cortes con la intención de quitarse la vida, pero la policía lo evitó y fue trasladado al hospital. Una vez recuperado de las lesiones quedó detenido como presunto autor de la muerte de su esposa. La policía investiga ahora si el agresor era un maltratador habitual, como así parece.

Clotilde siempre iba con su hija

Al parecer, Clotilde ya había sufrido los malos tratos físicos y psicológicos de su marido con anterioridad. Aun así, nunca se decidió a denunciarle y por eso no constan antecedentes por malos tratos en la pareja. Esta suele ser una constante en los casos de violencia de género: muchas víctimas no denuncian por miedo.

Los agentes al mando de la investigación están interrogando al entorno de la pareja para esclarecer los hechos. Al hablar con personas cercanas han sabido que Clotilde era víctima habitual de malos tratos físicos y psicológicos. Varios allegados explican que a Ángel se le iba la cabeza en algunas ocasiones.

Policía Nacional
Policía en el levantamiento del cadáver | Cedida

Otro dato llamativo es que, según algunos vecinos de la calle donde tenían el apartamento, la octogenaria apenas salía de casa. No conocen el motivo, pero afirman que solo la veían de vez en cuando asomada al balcón. La noticia ha causado una gran estupefacción entre los vecinos de Los Cristianos.

Una de las hijas del matrimonio ayudaba a su madre a vender pescado y marisco en el mercado vigués. Hace unos años dejó el puesto por motivos de salud y se trasladó a Canarias, acompañada de su madre. Muchos creían que era viuda porque siempre veían a la madre y a su hija juntas, sin el padre.