Después de tanto hablar de la famosa desescalada, los españoles se están acostumbrando ahora a una nueva palabra: la reescalada. Para entender su significado, basta con hechar una ojeada al mapa de España: desde el final del estado de alarma ha habido 174 brotes de los cuales 123 siguen activos, con un total de 2.139 personas afectadas.
Los expertos ya no lo esconden: estamos al borde de la segunda oleada. La mayoría de los brotes están estabilizado, pero en algunos casos está resultando imposible y las autoridades sanitarias temen que la situación acabe fuera de control.
Durante la desescalada, España pasó por cuatro fases hasta llegar a la quinta, la nueva normalidad. Ahora, si la curva vuelve a subir habrá que retroceder en las fases, desde la nueva normalidad hasta la fase cero o de preparación que se activó a finales de abril en casi todo el territorio nacional. Este es el plan del Gobierno: la reescalada.
El ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas trabajan en el «Plan de respuesta temprana en un escenario de control de la pandemia por Covid-19». El plan, que debería aprobarse hoy mismo, consta de cinco claves para reducir el impacto de la pandemia.
Medidas coordinadas
El plan pretender hacer frente a la pandemia mediante el fortalecer intervenciones rápidas, oportunas y eficaces al tiempo que prepara las capacidades del país frente a un incremento de la transmisión que, llegado el caso, puede acabar en una segunda ola.
Una de las claves es que en el caso de que un brote afecte a dos o más comunidades autónomas se llevarán a cabo medidas coordinadas de salud pública que serán de obligado cumplimiento. En ese sentido, el ministerio de Sanidad quiere asegurarse un control de la situación tras la pérdida de su principal mecanismo: el mando único.
Detección y control
El plan de Sanidad coordinado con las comunidades incluye también medidas relativas a la detección y el control de los brotes, las capacidades de la asistencia primaria, las iniciativas de protección colectiva frente al Covid-19, la necesidad de tener una reserva estratégica nacional, los elementos de vigilancia precoz de los casos y aspectos sobre la sanidad exterior.
En este punto detalla el conjunto de medidas que, en función de la gravedad del brote, se deben ir tomando para controlarlo de la manera más rápida posible. Una vez más, se trata de mantener coordinado un dispositivo común para las diferentes regiones.
Recursos humanos
Los sanitarios advierten que la segunda ola está a la vuelta de la esquina y no se están preparando los servicios como deberían. Tras el colapso de marzo y abril existe la experiencia para no repetir errores, y Sanidad quiere evitar otro desastre.
Como medidas más concretas, el ministerio compromete a las comunidades a disponer de una capacidad suficiente de recursos humanos en los servicios de salud pública ante el aumento de la demanda y a contar con un sistema de información para la alerta precoz las 24 horas del día los 365 días del año. El refuerzo vale también para los laboratorios.
Capacidad hospitalaria
Una de las condiciones del ministerio de Sanidad para que las provincias y zonas sanitarias fueran superando las fases de desescalada era la capacidad hospitalaria. Esta es también una de las claves del plan para cortar los rebrotes.
El plan propone que la capacidad de camas de agudo y cuidados críticos con respiradores sea de entre 1,5, y 2 por cada 10.000 habitantes y de entre 37 y 40 camas. También tendrán que contar con planes de atención en domicilio, una estrategia con circuitos diferenciados de atención a pacientes y planes de atención a pacientes vulnerables.
Campaña de vacunación
Precisamente con la idea de reducir el impacto que tendría una coincidencia del coronavirus con la gripe estacional, el plan sugiere fomentar el aumento de la cobertura de vacunación, especialmente en mayores de 65 años, personal sanitario y sociosanitario, mujeres embarazadas y personas con condiciones de riesgo.
De hecho, Sanidad ha realizado una compra extraordinaria de 5,2 millones de dosis de la vacuna contra la gripe, que se sumarán a las que ya realizan las comunidades. El plan contra la reescalada cuenta con el beneplácito de todas las comunidades.