La muerte de un niño de 2 años en un hotel de Barcelona sigue encabezando la crónica de sucesos este miércoles. Las cámaras de seguridad del hotel han captado al progenitor en su huida. Las imágenes, reveladas por La Vanguardia, muestran al hombre saltando una valla antes de desaparecer.
El padre del menor hallado muerto sigue en paradero desconocido y un amplio dispositivo policial lo está buscando. Le consideran el principal sospechoso de la muerte de su hijo. La madre del menor había alertado a la policía poco antes del macabro descubrimiento.
El 112 recibió ayer por la noche, sobre las 22:30 horas, una llamada inquietante. Una mujer denunciaba que el padre de su hijo, del cual se estaba separando, se había llevado al menor. Le había amenazado diciendo que se iba a arrepentir, y tenía miedo de que el hombre cumpliera su promesa.
Una patrulla de la Guardia Urbana se desplazó hasta el hotel Concordia, en la avenida Paral·lel de la ciudad condal. Las cámaras de seguridad del hotel muestran al hombre saltando la valla y huyendo 20 minutos antes de la llamada de denuncia de la madre. Aunque no se sabe si la hora está actualizada.
En las imágenes se ve con claridad a un hombre saltando la valla que da al exterior desde la piscina del hotel. El sospechoso escala un pequeño muro y desaparece. Otros testigos aseguran haberle visto corriendo en dirección a la montaña de Montjuïc, ayer por la noche.
El padre del niño emprendió la huida desde el séptimo piso del hotel donde estaba con su hijo. En ese momento vestía una camiseta blanca y un pantalón tejano. No llevaba ninguna mochila ni ninguna bolsa, e iba a cara descubierta, según la información de la policía.
El plan de huida del presunto parricida
Con las imágenes en la mano, la policía cree que el padre mató a su hijo y planeó su huida sin hacer ruido. Las cámaras captaron al hombre saliendo del hotel mientras su hijo estaba agonizando. Lo hizo con rapidez y en silencio, para no despertar sospechas en el pasillo del hotel.
En un primer momento se le ve saliendo de la habitación para comprobar que no hay nadie alrededor. Luego vuelve a entrar dentro, y minutos después vuelve a salir. Son las 22:00 horas, cuando emprende una huida hacia el exterior del edificio saltando una pared.
La cronología encaja con la llamada de la madre, unos 20 minutos después, alertando de la desaparición de su hijo. “Te vas a arrepentir”, son las últimas palabras que profirió hacia su mujer a modo de amenaza. Desde entonces, Mossos y Guardia Urbana buscan al presunto parricida en su huida.
Minutos después llegaron al hotel cuatro ambulancias con un equipo pediátrico. Los sanitarios intentaron salvar la vida del niño, que estaba inconsciente y con la cara morada. Desgraciadamente no pudieron hacer nada, y el menor acabó muriendo.
Otro caso de violencia vicaria
La policía tiene ahora como prioridad encontrar al presunto parricida y aclarar la muerte del menor. Todos los indicios apuntan a que se trata de otro caso de violencia vicaria. En las últimas semanas se han multiplicado los casos de violencia de los padres sobre los hijos para hacer daño a sus parejas.
El más mediático ha sido el caso de Tomás Gimeno y sus dos hijas, Anna y Olivia, de 1 y 6 años. Este suceso sacó a la luz la cruda realidad de la violencia vicaria, que se considera como un tipo de violencia de género. En ella, uno de los progenitores hace daño a los hijos para dañar a su pareja.
El caso de Anna y Olivia coincidió con el de Yaiza, una niña de 4 años asesinada por su madre para hacer daño a su padre. El suceso tuvo lugar en Sant Joan Despú (Barcelona). Cristina Rivas, de 35 años, asfixió a su hija como venganza contra su ex porque no quería volver con ella.
Y ayer mismo se conoció el desenlace de otro caso de violencia vicaria. La policía encontró con vida y sanos a dos hermanos de 10 y 11 años que habían desaparecido en enero. Kristian y Amantia fueron secuestrados por su padre como método de amenaza y venganza contra su pareja.