Los Bomberos de la ciudad de Zaragoza llevan desde la tarde del sábado, 8 de mayo, buscando a un niño de 13 años que desapareció tras bañarse en el río Ebro junto a unos amigos. El joven, vecino del barrio de Gancho, acababa de disputar un partido de fútbol junto a otros compañeros cuando decidieron bañarse en el río alrededor de las 18:40 horas de la tarde, momento en el que se le perdió la pista.
Junto a las unidades de buceo del parque 1 y 3 de los Bomberos de Zaragoza y una unidad canina, la Policía Local y la Policía Nacional están trabajando en las tareas de búsqueda por tierra, que se han reanudado este domingo una vez ha amanecido y había luz natural para proseguir.
Los hechos se produjeron durante la tarde de ayer, alrededor de las 18:40 horas, después de que varios jóvenes disputasen un partido de fútbol en el campo municipal de Ranillas.
El menor desaparecido y un amigo suyo, de la misma edad, decidieron bañarse en el río para refrescarse, a la altura del antiguo embarcadero de la Expo, según informa 'Heraldo'. Por desgracia, las corrientes que en ese momento había en el río hicieron que uno de ellos se hundiera en el agua y desapareciera, y desde entonces nadie más ha sabido de él.
Un pescador que estaba por la zona en aquel momento y vio al joven hundirse en el agua fue el primero en llamar a los servicios de emergencias. El 112 movilizó a los Bomberos de Zaragoza, que a su vez enviaron a un equipo de actividades subacuáticas, y a dos ambulancias.
Cuando llegaron a la zona, los bomberos escucharon la versión de los jóvenes que había con el desaparecido: el amigo que se bañó con él y otros dos que se quedaron fuera del agua. Los especialistas en rescates acuáticos intentaron entrar en el agua para buscar al joven, pero la corriente era muy fuerte y tuvieron que asegurarse primero de garantizar su propia seguridad antes de volver a meterse.
Uno de los policías nacionales que trabaja en el operativo explica para el citado medio que «en estos casos hay que apurar hasta la última posibilidad, pero se trata de una zona de pozos y sifones, con una gran turbidez de agua». «Nosotros estaremos a lo que digan los buzos, que son los que realmente saben de esto», aclara.
También explica que «en superficie, parece un río tranquilo. Pero no lo es. Adentrarse en el cauce, sobre todo en determinadas zonas, es asumir un auténtico riesgo», intentando mandar un mensaje de advertencia sobre lo peligroso que es bañarse en el río, especialmente en zonas que no están acondicionadas para ello.
El equipo de salvamento intentó iluminar la zona durante la noche con varios focos para poder seguir buscando a pesar de la oscuridad, pero tuvieron que suspender la búsqueda durante la noche por la mala visibilidad.
Los jóvenes acudieron al río a refrescarse
Según explicaron los jóvenes a los servicios de emergencias, eran un grupo de cuatro amigos que se desplazaron hasta la orilla del río para refrescarse del calor que ha hecho estos días en la capital zaragozana. Dos de ellos se metieron al agua, mientras que los otros dos decidieron quedarse fuera. Los dos que entraron al agua ni siquiera se quitaron la ropa, pero uno de ellos dio marcha atrás nada más entrar porque se había olvidado la mascarilla.
El otro joven sí que llevaba la mascarilla puesta, así que siguió adentrándose en la orilla del río. De hecho, los testigos afirman que el joven nunca llegó a alejarse de la orilla, pero aun así el agua lo engulló.
Uno de sus compañeros explica que «he visto que metía y sacaba varias veces la cabeza. Al final, ha empezado como a pedir ayuda, pero hemos pensado que estaba de broma. Al ver que realmente no salía nos hemos puesto todos muy nerviosos. Yo quería meterme, pero no me han dejado».
El joven desaparecido tiene cuatro hermanos que fueron informados rápidamente de lo que estaba pasando. Uno de ellos explica que estaba trabajando cuando le llamaron, por lo que fue corriendo hacia el lugar de los hechos. «No sé nada más, ni con quién estaba ni qué ha pasado», explica un miembro de la familia.
La búsqueda sigue este domingo, pero los expertos no auguran un final feliz para este caso. De momento, los buceadores siguen buscando al joven y creen que su cuerpo podría haberse quedado atrapado entre los hierros de la estructura del viejo muelle.