El Gobierno ya tiene listo el borrador del decreto ley que regulará el ingreso vital mínimo, la renta mensual garantizada para personas vulnerables que se empezará a cobrar a partir de junio y que forma parte del paquete de ayudas extraordinarias para paliar los efectos de la crisis del Coronavirus. Ahora, ya se conocen los primeros detalles.
Aunque el ministerio de Seguridad Social aún le está dando los últimos retoques, ya se ha definido la cuantía de la prestación: 462 euros por adultos, hasta un máximo de 1.015 euros por familia. El Gobierno prevé que la ayuda se haga extensible a un 20% de la población en situación de pobreza severa, lo que supone en torno a un millón de hogares.
La ayuda se otorgará mientras persista la situación de vulnerabilidad económica y siempre que se cumplan los requisitos que originan su percepción, según establece el borrador. Por lo tanto tiene vocación de ser una ayuda permanente ya que el Gobierno entiende que se trata de un problema estructural.
Queda cerrar algunos flecos, aunque las cuantías pueden sufrir alguna variación menor que no afectará mucho al texto del borrador, donde se estipula un listado de requisitos para acceder a las ayudas. Básicamente, se exige que los ingresos mensuales de la unidad familiar sean inferiores a la cuantía de la ayuda que correspondería.
Para medirlo, se tienen en cuenta las rentas anuales del año anterior, y así por ejemplo, si una familia ingresó 500 euros de media al mes en 2019 y cumple los requisitos para cobrar 600 euros de ingreso mínimo vital, el Estado la daría la diferencia, que son 100 euros al mes. Por lo tanto, más que una prestación adicional es una cobertura de la diferencia existente.
El punto más importante del documento es el artículo 11 donde se establece que la cuantía máxima se calculará en función de la estructura de la unidad de convivencia, y para hacerlo se establece una renta base de 462 euros y se multiplica por un coeficiente que varía en función de los niños o adultos a cargo de la unidad familiar. A partir de aquí se fijan unos topes para las diferentes categorías.
Un adulto puede cobrar un máximo de 462 euros al mes, mientras que la cantidad para un adulto con un niño a su cargo es de 700 euros al mes. Un adulto y dos niños puede percibir un máximo de 838 euros al mes, y un adulto con tres o más menores, 977 euros al mes. Esto es así porque hay un complemento de 100 euros para familias monoparentales.
Cuando hay dos cabezas de familia, las cifras cambian: 600 euros al mes para dos adultos, 738 euros al mes para dos adultos y un niño, 877 para dos adultos y dos niños, 1.015 euros para dos adultos y más de dos niños, 738 euros para tres adultos, y 877 para tres adultos con niños u otros modelos de familia.
En todo caso, el ingreso mínimo vital quiere amortiguar los efectos de una crisis que ha dejado 1,1 millones de hogares con todos sus miembros en el paro, y casi 600.000 sin ningún tipo de ingreso. Según las estadísticas, 10,5 millones de hogares son vulnerables o muy vulnerables, y el 16% de las familias en España sobreviviría menos de un mes con sus propios recursos en caso de perder su principal fuente de ingresos por culpa de la crisis. Actualmente, hay 3,1 millones de familias que están al borde del abismo económico.