Un bebé fue hospitalizado hace diez días en el Hospital Materno de Málaga por fracturas en ambas piernas. Tenía una en el fémur de una pierna y una segunda en la tibia de la otra. Ante esta situación, los sanitarios que le atendieron activaron los protocolos por posibles malos tratos.
Los hechos ocurrieron el pasado 12 de julio y fue el padre del bebé, de tres meses, quien le llevó al hospital. El hombre explicó que su pareja se estaba duchando y él empezó a darle el biberón al menor.
En un momento dado, el niño se le resbaló accidentalmente, y para evitar que cayera al suelo lo agarró de una pierna. El hombre intentó exculpar en todo momento a su expareja, asegurando una y otra vez que se estaba duchando cuando todo ocurrió.
Este hecho acabó llamando la atención de la Policía, requerida por los protocolos sanitarios en este tipo de situaciones. El juzgado de guardia, la Fiscalía de Menores y la Policía Nacional activaron una investigación que acabó dando con otro caso similar en el pasado.
El bebé presuntamente maltratado era hijo de una mujer que ya perdió a una hija, también de tres meses, por la misma causa. Fue condenada a 20 años de prisión por ello, pero ya estaba en libertad y había tenido otro hijo con una nueva pareja. Este nuevo hijo es el bebé ingresado actualmente en el hospital por posibles malos tratos.
Según ha explicado la Policía, el bebé y sus padres vivían en muy malas condiciones. Compartían un domicilio de dos habitaciones con otras 11 personas. El niño dormía atado a su silla de paseo porque ni siquiera tenía una cuna.
Como ya ocurrió en 2016, el bebé también presenta una alimentación deficiente. Según la investigación, se alimentaba de leche desnatada del supermercado y cereales con miel.
La madre ya había sido condenada a prisión por la muerte de su otro bebé
Fue en 2016 cuando un bebé de tres meses fue ingresado con traumatismos y signos de desnutrición grave. Pocos días después acabó muriendo en el hospital.
La madre y su expareja, padre del bebé, acabaron siendo detenidos por aquel suceso. Dos años después, en 2018, fueron condenados a 20 años de cárcel por un delito de asesinato —alevosía por desvalimiento. El delito, además, se vio agravado por su parentesco con la víctima.
El jurado admitió en su momento que la intención de los padres nunca fue "la muerte de su hija". Aun así, también aceptó que "fueron conscientes" de que la niña no estaba recibiendo la alimentación suficiente para sobrevivir.
La Audiencia Provincial subrayó en la condena que el bebé estaba en una "situación de absoluta indefensión". Y recordó a los padres que ellos eran "las únicas personas que se encargaban de atenderla".
A pesar de ello, continuaron alimentándola mal sabiendo que no era suficiente y tampoco pidieron ayuda médica. El jurado concluyó que "les resultaba indiferente que se pudiera morir".
La víctima tenía tres meses de edad en el momento de su muerte. Nació con 3,68 kg y midiendo 52 cm. En el momento de su muerte pesaba solamente 2,9 kg y medía 54,5 cm.
"La causa fundamental de la muerte fue la malnutrición severa que sufría", estableció el juez. Señaló, además, que la "causa inmediata" de la muerte fue una bronconeumonía provocada por su mala alimentación.
Pero la desnutrición no fue lo único reprobable sobre el estado de la niña. Entre octubre y noviembre del 2016, la niña sufrió un traumatismo craneoencefálico en presencia de ambos progenitores. Aun así no se preocuparon en buscarle atención sanitaria.
Tras ser condenados, la pareja recurrió la sentencia ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. Esta instancia judicial les dio la razón y rebajó la pena de 20 a solamente cuatro años de prisión por un delito de homicidio imprudente.
Cuando salieron de prisión, los padres del bebé no retomaron su relación. Ella, con 25 años actualmente, rehizo su vida con otra pareja, acabó quedándose embarazada y tuvo otro bebé.
Ese bebé es el que ahora está ingresado en el hospital por circunstancias similares a las de su hermana cinco años atrás.