El coronavirus desgraciadamente ya forma parte del día a día de la sociedad. El miedo a sufrir un posible rebrote en España está más presente que nunca.
La aceleración del proceso de desescalada y la relajación de los ciudadanos frente a la prevención del virus es un tema que preocupa a los sanitarios. Tras tres meses intensos de trabajo, necesitan desconectar.
Un rebrote ahora sería lo peor que podría pasar, porque los sanitarios están exhaustos, asegura Gabriel Heras, miembro de la UCI donde se diagnosticó el primer caso grave de coronavirus en España. La situación excepcional en la que se ha visto inmersa el país, el miedo diario a contagiarse en el trabajo y la idea de estar lejos de los suyos han supuesto una experiencia traumática de la que todavía deben recuperarse los sanitarios.
Muchos profesionales se replantearán su vida profesional tras este hecho traumático, ha expresado este médico intensivista y autor de ‘En primera línea’. En este libro Gabriel Heras cuenta cómo ha sido su lucha en ‘primera línea’ de batalla. El trabajo de los sanitarios ha estado rodeado por el miedo. Temor a enfrentarse a una pandemia desconocida que tantos estragos ha hecho el mundo entero.
Humanizar la Sanidad es básico
Pero también ha sacado algo positivo. Este médico asegura que en el caso de que se avecinase una próxima oleada de contagios, tal como se prevé, se estaría mejor preparados. Ya no se partiría de cero porque se conoce más sobre esta enfermedad que ha asolado el mundo entero. Los científicos lo están estudiando y planificando los recursos materiales y humanos necesarios en caso de rebrote.
Además, señala la importancia de humanizar la Sanidad. Hay que formar a los sanitarios en la empatía con el paciente y sus familiares. Gabriel Heras ha aprovechado el tiempo que ha permanecido aislado, porque se contagió de COVID-19 en el trabajo, para escribir al respecto. Muchos pacientes han fallecido lejos de sus familias y en soledad y esto asegura no puede volver a repetirse.
A su parecer, con esta pandemia se ha podido comprobar que «no teníamos el mejor sistema sanitario, y que sí podemos contar con el compromiso de los sanitarios que se han dejado la piel y la vida». Y es que estos últimos han trabajado día y noche para que los enfermos tuviesen la mejor calidad de vida posible durante su estancia en los hospitales.
A partir de ahora hay que estar más unidos que nunca e ir en la misma dirección. Buscar el bien común y que cada uno haga la parte que le corresponda. No hay que olvidar que el virus todavía sigue activo.