Italia es la zona cero del coronavirus en Europa. Fue allí dónde, a mediados de febrero de 2020, el virus tuvo su eclosión en occidente. Un año después, la situación parece que no mejora. Si bien es cierto que Europa se refugia bajo la esperanza de una vacunación masiva, también lo es que los datos con respecto a la pandemia hablan por si solos: esta semana se han superado los dos millones de muertos en el mundo a causa del coronavirus. Y Italia, en esa misma línea, continua su periplo y su lucha interminable e incesante contra la Covid-19.
Silvio Brusaferro, presidente del instituto superior de Sanidad i miembro del comité científico que asesora el Gobierno italiano, ha mostrado su gran preocupación sobre su país en admitir que la situación actual para con el coronavirus es crítica. «Se mantiene un alto nivel de riesgo de pandemia incontrolable e inmanejable». De hecho, uno de los máximos exponentes italiano frente al virus, va más allá y asegura: «Prevemos un nuevo y rápido aumento de los casos de Covid en las próximas semanas si no se mantienen las reglas para contener la pandemia».
En Italia, de hecho, el Gobierno ya endureció medidas por Navidades y este mismo domingo presenta nuevas restricciones. Además, las poblaciones de Calabria, Abruzzo, Lazio, las Marcas, Puglia ,Véneto, Liguria, Piamonte, Friuli Venezia Giulia, Emilia-Romagna, Umbria y Valle d'Aosta ya están totalmente confinadas.
Italia y su pesimismo con la pandemia
Mientras en España el Gobierno opta por descartar el confinamiento total y sólo se plantea modificar el toque de queda (varias comunidades llevan varios días pidiendo que se adelante hasta las 20.00 horas de la tarde), en Italia van más allá y toman medidas mucho más drásticas.
En Sicilia, Alto Adige y Lombardía, situadas en zona roja de riesgo de contagio, habrá un confinamiento total durante tres semanas y las personas no podrán salir de su domicilio salvo para hacer la compra, acudir a los hospitales, cuidar a personas dependientes o ir a las farmacias. Los locales, bares, comercios y todo tipo de negocios permanecerán cerrados (siempre que no ofrezcan algún tipo de servicio esencial para la comunidad).
En zona amarilla de riesgo, por su parte, se encuentran las regiones de Trento, Basilicasta, la Toscana, Molise y Campania y Cerdeña. Las restricciones en esta parte de Italia serán menos duras, pero sí que tendrán un confinamiento perimetral: es decir, no podrán salir de su comunidad. Los bares y restaurantes en estas zonas, además, sí que se mantienen abiertos pero deben cerrar sus puertas a partir de las 18.00 horas.