«Queremos aprender de los errores y el error fue tratar de intentar salvar la Navidad que ha desembocado en una tercera ola que está siendo brutal, y si no queremos que haya una cuarta lógicamente no queda otra que sacrificar la Semana Santa, no queda otra». Estas han sido las palabras de Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias, para confirmar lo que muchos expertos llevan varios días alertando.
Barbón ha indicado que «hay que pinchar el globo» y dejar claro que su gobierno va a anteponer la salud pública y salvar vidas, como ocurrió con la segunda y la primera ola, y por ese motivo, el cierre perimetral de toda la región se mantendrá durante todo el estado de alarma, es decir, como mínimo hasta mayo, por lo que Asturias quedaría excluida de los posibles viajes entre comunidades autónomas, en el caso de que se permitiesen durante el periodo festivo.
El presidente de Asturias ha sido todavía más contundente al afirmar que «con el virus no se convive. O se contiene o se erradica, o nos mata o le matamos», y ha advertido que el mes de febrero puede ser «dramático» incluso aunque se doblegue la curva, porque el pico de hospitalizaciones y fallecidos llegará entre una y dos semanas después.
Empiezan a pedir suavizar restricciones por Semana Santa
Desde que empezó a observarse un tímido cambio de tendencia en esta tercera ola, con bajadas de nuevos contagios, descensos en la incidencia, e incluso mejora de los datos en los hospitales, algunas voces empezaron a decir que había que mantener las restricciones para poder 'salvar' la Semana Santa, que este año se ubica entre el 29 de marzo y el 4 de abril.
Rápidamente saltaron las alarmas, porque precisamente 'salvar la Navidad' fue lo que nos llevó a vivir la peor ola de la pandemia desde abril y marzo del año pasado, con una situación en los hospitales crítica y notificando más de 700 muertos diarios, como en el caso del 4 de febrero.
De hecho, la posibilidad de reanudar ciertas actividades por Semana Santa llegó de la boca de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, que fijó esa época como el posible reinicio de los viajes dentro del territorio nacional, casi imposibles desde el pasado mes de noviembre por los cierres perimetrales. Aun así, admitió que «el horizonte es difícil de prever», e insistió en que el reinicio de los viajes solo podrá darse si hay «condiciones de seguridad».
Fernando Simón, en su comparecencia habitual de los jueves, aseguró este 4 de febrero que «no sabe cuándo es Semana Santa» este año, y que aunque no iba a «contradecir a la ministra», añadió que la situación en España actualmente es «muy, muy mala» aunque se observe una evolución positivo respecto con los datos de las últimas semanas.
Lo cierto es que los cierres perimetrales han dejado a los ciudadanos sin posibilidades de moverse de sus provincias, o en el peor de los casos, sin poder salir de sus municipios o de sus barrios, y esto está provocando que muchos ya estén preparando desplazamientos en cuanto se pueda.
El problema llegará si se permiten esos desplazamientos cuando las incidencias son altas. Desde Sanidad se ha insistido en que la IA debe bajar hasta los 50 casos para poder hablar de que la pandemia está bajo control, pero esa cifra no se alcanza desde el pasado 28 de julio, cuando la incidencia era de 49,22 casos por cada 100.000 habitantes en dos semanas.
De hecho, la incidencia se mantuvo por debajo de los 50 casos desde el 5 de mayo, es decir, justo cuando comenzó la desescalada del confinamiento domiciliario de mayo. Con incidencias y casos controlados, España 'disfrutó' de un verano con más bien pocas restricciones, más allá de las generales y básicas para todo el país, como el uso obligado de mascarilla o la distancia de seguridad.
En pleno verano, la incidencia comenzó a subir y ya no ha vuelto a bajar de esos 50 casos que Sanidad considera 'aceptables', por lo que una reapertura similar para Semana Santa, tal y como está la situación actualmente, es impensable.