El detenido como posible autor de la muerte de una mujer, desaparecida en Terrassa en agosto de 2018, era un persona solitaria que pertenecía al grupo de amigos de la infancia de la víctima, cuyo cuerpo fue encontrado ayer. Jaime y Mónica se habían separado recientemente, tras mantener una breve relación. Pese a ello seguían viviendo juntos.
El arresto tuvo lugar este mismo miércoles aunque se desconoce por qué se le imputa, pues el juez ha decretado el secreto de actuaciones. Aun así, todo apunta que se ha abierto una investigación por violencia de género, según recoge 'El Caso'.
Una discusión «de poca importancia» justo el día antes
La gente de su entorno confirmaba que durante los meses en que Mónica estuvo desaparecida el presunto asesino «seguía haciendo vida normal». El dispositivo policial iniciado para localizarla no alteró apara nada su rutina diaria.
El mismo había admitido que el día antes de que su antigua pareja fuera vista por última vez, habían mantenido una discusión «de poca importancia». Ante tal información, pero, negó que estuviera implicado en el suceso. Los vecinos confirmaban que «eran habituales» las peleas verbales entre los dos.
Amigos desde la infancia
La forma como ha finalizado este caso ha sorprendido a todo el mundo, pues des de su entorno relatan que Jaime «había hecho mucho» por Mónica. Su vínculo era tan estrecho que llegaron a ser pareja durante un tiempo y, pese a romper, continuaban siendo compañeros de piso.
Y es que su relación personal venía de lejos. Se conocían y mantenían excelente amistad des de hace tiempo. Es más, los dos formaban parte del mismo grupo de amigos desde la infancia.
«Todo el mundo sabía que había sido él»
Quienes les conocían realmente, pero, confirman que los dos tenían caracteres muy diferentes. Mónica era una persona con una vida social muy activa y que frecuentemente «quedaba con sus amigas» mientras que todos coincidían en definir a Jaume como una persona «muy solitaria».
Desde un principio, existió un run run entre el vecindario sobre el papel de Jaime en la desaparición de Mónica. Algunos se atreven a explicar que «todo el mundo sabía que había sido él» y que el trágico final «era un secreto a voces». Finalmente, resulta curioso que, antes tales sospechas, nadie interpusiera una denuncia y que ahora se pregunten que «no entendemos como han tardado tantos días en atraparlo».