La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, comunicó esta tarde al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la reunión, de poco más de 2 horas, celebrada en el Palacio de la Moncloa, la voluntad «firme y real» de su partido de negociar los próximos Presupuestos Generales del Estado con el Ejecutivo.
La líder de Cs explicó en rueda de prensa que tienen que ser unos PGE moderados y sensatos, al margen de ideologías radicales y que no vayan en contra de los intereses del país, subrayando que se debe evitar que al final decidan «Rufián, Otegi e Iglesias» en un despacho.
Arrimadas, quien criticó la gestión del Gobierno de Sánchez en la pandemia, poniendo de relieve que España es el líder de los países de nuestro entorno, tanto en número de casos, caía del PIB o pérdida de empleo, indicó que en esta situación «es una obligación llegar a acuerdos y dejar el partidismo». Añadió que pueden equivocarse, pero que dormirán tranquilos.
Asimismo enumeró las demandas que le había hecho al presidente del Gobierno como que Sánchez asuma personalmente una estrategia nacional para la vuelta de los niños a la escuela, un plan de conciliación para los padres en el caso de que los niños se pongan enfermos, extensión temporal de los ERES y medidas de apoyo a la liquidez de Autónomos y Pymes.
Casado sigue en el 'no'
Arrimadas había acudido a Moncloa después de que Sánchez se haya reunido, por la mañana, con el presidente del PP, Pablo Casado, el primero de la ronda de encuentros programado por Sánchez.
En ella, el presidente popular ha rechazado negociar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) o pactar la renovación de los órganos constitucionales. Eso sí, según Casado, el jefe del Ejecutivo ha aceptado estudiar una propuesta para crear de una Agencia Nacional para la Recuperación Económica de España.
El líder de los 'populares' ha criticado que Sánchez no le haya presentado ni «una sola línea» del anteproyecto de las cuentas públicas para 2021. «A una negociación se llega con papeles», ha reprochado, para después señalar que el PP no puede aceptar «un trágala».