Francisco García, pescador de 47 años, desapareció el pasado 20 de junio mientras faenaba en el Puerto de Granadilla (Tenerife). Un amplio dispositivo lo ha estado buscando durante todas estas semanas sin éxito. Ayer encontraron restos humanos en el lugar donde desapareció, y están siendo analizados.
Los restos humanos han aparecido a un kilómetro de la costa, en la zona acotada donde buscan a Francis desde hace 80 días. El estado del cuerpo ha hecho imposible determinar a quién pertenece, y la policía judicial está a la espera de los resultados. Los familiares de Francis contienen la respiración.
Hay que tener en cuenta que además de Francisco hay cuatro personas más desaparecidas en la misma zona. Todas ellas desaparecieron en el mar de Granadilla. En todo caso, los investigadores confían en que el hallazgo ayude a resolver al menos una de estas desapariciones.
Desde que desapareció hace ya más de once semanas, el entorno de Francis no pierde la esperanza de encontrarlo. No han dejado de buscar ni un solo día el cuerpo del pescador, natural de la localidad tinerfeña de Tajao. Ahora confían en poder acabar con la incertidumbre, y darle sepultura.
Escasas posibilidades de éxito
El caso de Francis quedó ensombrecido por la búsqueda de Anna y Olivia en aguas de Tenerife. Este pescador desapareció mientras faenaba a bordo del barco familiar Punta Abona. Una pierna se le quedó enganchada en una nasa y le arrastró al mar, donde se le perdió el rastro.
Su búsqueda no ha contado con los medios técnicos de otros casos, y tras dos meses y medio siguen sin noticia del pescador. A pesar de la falta de medios, un comprometido equipo de búsqueda no ha dejado de trabajar en su rescate. Se reúnen frecuentemente y trazan estrategias para dar con su paradero.
La tenacidad ha tenido premio y finalmente han encontrado unos restos humanos que podrían pertenecer a Francis. Las pruebas de ADN tendrán que confirmarlo, pero es la primera brecha de luz en semanas. Y aunque no pertenezca al pescador, al menos habrán ayudado a resolver una desaparición.
El dispositivo de búsqueda está encabezado por el buceador y fotógrafo Moisés Pires. Tiene una larga experiencia en operaciones como la del Prestige, en Galicia, o la del Costa Concordia, en Italia. Lleva semanas centrado exclusivamente en el caso de Francis, al que sale a buscar todas las mañanas.
En este caso, el tiempo es un factor fundamental y el equipo de rastreo sabe que las posibilidades de encontrarle se agotan. Tras más de dos meses es muy probable que el cuerpo se haya descompuesto. Sin embargo, el equipo deja claro que "la idea es seguir buscando y no nos planteamos retirarnos".
El punto donde desapareció Francis
Las tareas de rescate han entrado en una "fase profunda" según la valoración del líder de la expedición. Han acotado una zona donde creen que puede estar el cuerpo, y la han dividido en dos partes. Esto favorece la concentración de recursos para optimizar la búsqueda del pescador desaparecido.
Una zona es la de "agua interiores", que va desde la punta del muelle de la Granadilla hasta Montaña Roja. Es en esta zona donde se ha producido el hallazgo de los restos humanos. La otra es la de "aguas exteriores", para la cual es necesario un material más técnico como robots submarinos y barrido lateral.
Estos fueron los dispositivos que se utilizaron en aguas de Tenerife para buscar a Anna y Olivia. En ese caso, la gran inversión realizada y un milagro permitieron encontrar el cuerpo de una de las niñas a 1.000 metros de profundidad. Se trata de un hito histórico en la búsqueda de personas en el fondo marino.
A pesar de que buscan a Francis en un amplio radio de acción, la principal hipótesis es que Francis está cerca del lugar donde cayó al agua el 20 de junio. Es ese el "punto caliente" donde concentran sus esfuerzos, y donde han aparecido los restos humanos. Ahora solo toca esperar.