Cuando estamos a punto de cumplir un año con la pandemia del Covid-19, todavía el Gobierno sigue debatiendo sobre la venta de las mascarillas. Estas se han convertido en una pieza principal en nuestro día a día y su mercado, ahora muy extenso pero nulo en los primeros meses de la pandemia, ha sido objeto de numerosos cambios. Hoy, jueves 11 de febrero, se espera que el Ministerio de Consumo firme una orden que regule el mercado de las mascarillas higiénicas.
Nuevas obligaciones de etiquetado y comercialización
Alberto Garzón, será el encargado de firmar la orden que llegue del Ministerio de Consumo donde se establezcan las nuevas obligaciones de etiquetado y comercialización que deberán acompañar a la venta de las mascarillas. En esta orden también se señalará el concepto de mascarilla, los accesorios y la eficacia de filtración que deben tener. Porque, aunque le llamemos mascarilla a cualquier trapo que nos cubre la boca, su composición es la clave para estar debidamente protegidos.
La nueva orden especificará que en el envase se deberán hacer constar obligatoriamente los datos testados relativos a la eficacia de filtración del material así como la resistencia a la respiración o permeabilidad al aire. Además se especificará el laboratorio encargado de su fabricación. En el caso de las mascarillas reutilizables, en el producto tendrán que estar señalados los datos obtenidos antes y después del total de ciclos de lavado que se indique en el envase.
Cuando haya transcurrido un mes desde la entrada en vigor de la orden, solo podrán comercializarse mascarillas higiénicas que hayan sido testadas por un laboratorio con acreditación. En el caso de los laboratorios que realicen esta certificación sin cumplir con lo dispuesto en la norma se expondrán a sanciones que pueden llegar a acarrear el cierre del laboratorio durante cinco años.
Adiós a las de tela
Remontándonos al mes de marzo de 2020 y los meses posteriores, nos viene a la cabeza cómo las mascarillas quirúrgicas eran uno de los bienes más preciados. No había farmacia que asegurara no tener en stock y el Ejecutivo se puso manos a la obra para intentar comprar cargamentos para abastecer a la población.
Como consecuencia, la población más mañosa comenzó a fabricar mascarillas de tela de forma masiva. Tanto es así, que ahora disponemos de un amplio abanico de posibilidades que incluso nos permite poder combinarlo con nuestro look. Pero no nos engañemos, está demostrado que este tipo de mascarillas no ofrecen la protección adecuada.
No están compuestas de forma correcta para evitar los contagios y no evita los aerosoles —tan claves en la expansión del virus— de ahí que muchos países hayan comenzado a prohibir el uso de las mascarillas de tela. En Francia, por ejemplo, prohíben la venta de mascarillas higiénicas que ofrezcan una filtración por debajo del 90% y en Alemania, las de tela están completamente prohibidas en espacios abiertos al público.
En el caso de España, el Ministerio de Consumo insiste en que el Gobierno «no puede prohibir que se vendan trozos de tela con dos gomas, pero sí que se venda como mascarilla higiénica». De ahí la importancia de la nueva orden de comercialización de mascarillas, para poner cerco a todas aquellas tiendas donde las venden sin la debida certificación que garantice una protección eficaz contra el virus.
El uso de las mascarillas de tela en espacios públicos es competencia del Ministerio de Sanidad y esta nueva orden podría otorgarles lo necesario para prohibir su uso. Por el momento, se retirarán todas aquellas mascarillas que no cumplan la orden y se establecerán requisitos sobre los filtros.
«Deberán cubrir la mayor superficie posible de la mascarilla, garantizando que no se dejan zonas por donde el aire inhalado/exhalado pueda pasar sin filtrar; deberá precisarse qué tela concreta se ha utilizado para obtener los datos de filtración bacteriana y respirabilidad; así como que el conjunto mascarilla-filtro deberá cumplir con los requisitos establecidos en las normas o especificaciones técnicas que resulten de aplicación».