El avance en el plan de vacunación para combatir el coronavirus está acercando a España, progresivamente, hacia la normalidad. Poco a poco, las comunidades autónomas van levantando medidas que han regido nuestras vidas durante meses. El toque de queda, el horario limitado de bares o los cierres perimetrales, por ejemplo, parecen ya ser historia.
Andalucía frena la desescalada
Aunque el clima general es optimista gracias a la vacunación y a la llegada del verano, aún hay motivos para guardar cierta prudencia.
A menudo nos lo recuerdan noticias como la que ha transcendido este miércoles, 16 de junio, y que nos llega desde Andalucía. La región va a permanecer dos semanas más en la primera fase de la desescalada y, por lo tanto, pone el freno al plan de levantamiento de restricciones.
El Gobierno andaluz ha tomado esta decisión tras analizar la situación epidemiológica en la comunidad y comprobar que se trata de la que presenta peores datos en España. «Si bien hay parámetros que continúan teniendo una evolución favorable, se mantienen altos números de contagios diarios y la evolución de la incidencia acumulada a 14 días comienza a descender», reconocen. Además, apuntan que el descenso de la incidencia es aún más lento de lo deseado.
Ante esta situación, la Junta de Andalucía lo ha tenido claro. La comunidad no va a avanzar de fase en la desescalada y esperará al menos dos semanas más, hasta el 30 de junio. Tan solo se hace una excepción a esta congelación de las restricciones: las heladerías podrán abrir hasta la 1.00 h, aunque no podrán servir ni vender alcohol a partir de la medianoche.
A día de hoy, Andalucía presenta una incidencia acumulada de 184,2 casos por cada 100.000 habitantes, 80 puntos más que la media nacional. Es la comunidad de nuestro país que muestra, hoy por hoy, una situación más preocupante. Es por ello que el Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla ha optado por la prudencia y por frenar la desescalada en la comunidad.
Este no es el primer retraso que se produce en Andalucía en relación al plan de desescalada de las medidas contra la pandemia. Cuando el presidente Moreno Bonilla presentó la calendarización del levantamiento de medidas el 6 de mayo, se preveía que el 1 de junio la región entraría en la segunda fase. Tras el primer retraso, se esperaba que se pasara ya a fase 2, pero hoy se ha anunciado que eso no ocurrirá al menos hasta el 30 de junio.
El plan inicial contemplaba que el 21 de junio —el próximo lunes— se entraría en fase 3, con la normalización de las medidas vigentes. Pero la realidad es que Andalucía sigue con gran preocupación el estado epidemiológico de la comunidad y ha optado por esperar. La fase 1 permanecerá hasta las puertas de julio, por lo que habrá que ver qué medidas mantiene la región durante el verano.
Evaluación específica para los municipios con una incidencia disparada
Además, la Consejería de Salud ha aprobado una nueva medida a fin y efecto de controlar la situación de la epidemia en los municipios con más elevada incidencia. Se trata de «una evaluación de riesgo específica en aquellos municipios de más de 5 000 habitantes con incidencia superior a 1 000 casos por 100 000 habitantes en los últimos 14 días».
«Es necesario hacer dicha evaluación en aquellos casos de municipios que tengan una tendencia claramente descendente en el momento de su evaluación por el Comité Territorial», según la Consejería de Salud. Su titular, Jesús Aguirre, ha dicho al respecto que «en Andalucía estamos llevando un ritmo de vacunación altísimo, cada vez mayor, pero pese a ello no podemos bajar la guardia».