Esta semana conocíamos el suicidio de Verónica, una trabajadora normal y corriente de la fábrica Iveco en Madrid. El caso se convertía inmediatamente en un caso fuera de lo normal, pues Verónica se había suicidado por la presión que sufría tras la difusión, por muchos teléfonos móviles de parte de sus 2.500 compañeros, de un vídeo sexual que nació hace cinco años atrás.
Las sospechas apuntan a que el hombre que aparecía con ella en el vídeo, un compañero de trabajo con quien mantuvo una relación esporádica, lo habría difundido por rencor sentimental.
La difusión masiva
De la existencia del vídeo sabían muy pocas personas, un círculo muy reducido y de confianza. Hace dos semanas empezó la pesadilla, alguien había difundido el vídeo sexual privado a varias personas ajenas a Verónica. Como suele ser habitual, el vídeo comenzó a pasarse de usuario a usuario de manera indiscriminada, lo que hizo que se popularizara entre los empleados.
Esto provocó que, muchos de ellos, fueran a verla a su puesto de trabajo, la señalaran e incluso que intentaran ligar con ella, pues pensaban que era una mujer ‘fácil’ a raíz de la difusión del vídeo.
El jueves pasado fue cuando la situación se convirtió en insostenible para Verónica: su marido recibió el vídeo en su teléfono. Su marido, como la hermana de éste, trabajaban en la misma fábrica que Verónica. Esto conlleva que si pasa algo grave en el trabajo, afecte de manera directa a su vida personal en casa.
Así, al marido le llegó el vídeo en el que se veía a su mujer manteniendo relaciones sexuales con otro hombre de la misma empresa que ambos en el momento en el que estuvieron con la relación rota. Un periodo de tiempo no exageradamente largo, pero en el que estaban solteros ambos.
El principal sospechoso de la difusión masiva del vídeo es el amante que tuvo Verónica hace cinco años, y coprotagonista del vídeo. «Hay algunos que ya sabíamos de la existencia del vídeo desde antes de su circulación. Ya sabíamos que estaba ahí y pertenecía a un círculo muy cerrado de personas, gente muy concreta, pero por algún motivo ese círculo se abrió y ya vino todo lo demás», comenta gente muy cercana a Verónica en el ámbito laboral.
La Fiscalía
La Fiscalía ha pedido que se lleve a cabo una investigación para que se aclaren los detalles de la difusión del vídeo. En un principio, los investigadores entendían la muerte de Verónica como un suicidio, ahora entienden que puede haber algo más.
Se estudia si Verónica llegó a sufrir acoso laboral por parte de sus compañeros o jefes. Unos dicen que muchos compañeros empezaron a señalarla y a enseñársela a otros compañeros, a los cuales les había llegado el famoso documento.
La familia, consternada
La familia no entiende que se haya llegado a esta situación entre compañeros de trabajo. Según han contado algunas personas muy cercanas a Verónica, su madre preguntó a algunos compañeros de trabajo cuál era la razón del terrible desenlace en el mismo velatorio.
Una trabajadora dijo que: «Han sido compañeros que pensaban que era una broma y que no hacían daño. Gente que ella conocía desde hace tiempo pero es gente mala, tóxica».