Álvaro Alegría tenía 33 años y era un querido vecino de toda la vida de Calahorra (La Rioja). El pasado jueves estaba trabajando en el mantenimiento de una planta de biodiésel cuando, de repente, se produjo una fuerte explosión. Él y su compañero de trabajo, Ionu, murieron en la tragedia.
La tragedia pudo ser aún mayor ya que había 250 niños de excursión cerca de donde tuvo lugar la explosión. Los niños y otras personas que se encontraban ahí fueron evacuados sin que hubiera que lamentar más víctimas. Las autoridades investigan el origen del accidente y si podría haberse evitado.
Calahorra ha despedido este fin de semana a los dos trabajadores muertos en la explosión. Álvaro era un joven muy querido en el pueblo, amante del campo y practicante de todo tipo de deportes. Ionu era rumano pero llevaba muchos años en España junto a su mujer y sus dos hijos menores de edad.
Amantes del campo y los deportes
La localidad de Calahorra está de luto por la pérdida de uno de sus vecinos más queridos, Álvaro Alegría. Su familia es original de Munilla, un pueblo de 100 habitantes donde había reformado la casa familiar. Allí pasaba los fines de semana con sus amigos, su familia, y su perro de raza pastor belga.
Álvaro era un apasionado del deporte y aprovechaba los ratos libres para disfrutar de las pachangas con sus amigos. Su otra gran pasión era el campo, y siempre que podía se escapaba a Munilla para respirar aire puro. Allí montaba en quad, hacía motocross o salía con su mountain bike.
También se aficionó al Airsoft, un juego de estrategia por equipos con réplicas de armas de fuego. Cuando salía con sus amigos solía frecuentar el Mendika y el Cube, dos bares de copas de Calahorra. Y se le podía ver en las populares fiestas de las ‘bajeras’, celebradas en los bajos de los edificios.
Alegre, trabajador y deportista
“Querido, alegre, trabajador y deportista”, así es como recuerdan los vecinos a Álvaro. Su trágica muerte en la explosión de la planta de biodiésel ha provocado una gran conmoción. “Qué muerte tan injusta”, “qué pena una muerte así”, “es una pérdida muy dolorosa”, se escuchaba durante el funeral.
Una multitud de calagurritanos, muchos de ellos jóvenes, junto con vecinos de Munilla, se reunieron para dar el último adiós al chico. Mostraron todo su apoyo y cariño a su familia, en especial a sus padres Eduardo y Carmen, y a su hermano Alejandro. El fallecido no tenía novia, y era un chico muy familiar.
El funeral de Álvaro se celebró el sábado en la parroquia de los Santos Mártires, y al día siguiente enterraron a Ionu. Este rumano de 40 años estaba casado con Verónica y tenía dos hijos. Había regentado una tienda de alimentación, luego hizo de albañil y ahora trabajaba de soldador con Álvaro
Un accidente que se veía a venir
Álvaro trabajaba como soldador junto con Ionu en la empresa de su padre Eduardo. El pasado jueves estaban realizando trabajos de mantenimiento en la planta Iniciativas Energéticas S.L., cuando se produjo la deflagración. Los dos trabajadores estaban soldando una tubería que va de un depósito a otro.
Los fallecidos trabajaban en una empresa de mantenimiento de carpintería metálico para numerosas compañías de la zona. Iban por los polígonos industriales realizando labores de soldadura en empresas como la planta de biodiésel. Esta contrató a la empresa del padre de Álvaro para una tarea de mantenimiento.
Las llaves no cerraban bien y al hacer la última soldadura del tubo nuevo al viejo ocurrió la desgracia. Así lo aseguran fuentes citadas por El Español. En todo caso, en esta misma planta ya hubo en diciembre de 2016 una primera explosión que no causó muertos pero sí alarma entre los vecinos.
La planta acumulaba varias denuncias por negligencias medioambientales y obras ilegales. No está claro si podrían tener que ver con el accidente del pasado jueves, y de momento aún están investigando las causas. La deflagración causó dos muertos y obligó a evacuar la zona y hacer un perímetro de seguridad.
La deflagración desató una densa columna de humo que era visible desde varios kilómetros de distancia. En los alrededores había 250 niños de excursión, que tuvieron que ser evacuados en autocares junto a otras personas. La tragedia pudo haber sido mucho mayor, tal y como reconocen las autoridades.