Alla, la última víctima de la violencia de género en España, era un cacho de pan. Así la describen todos los que la conocían. Se ganaba la vida fregando suelos, y con su sueldo mantenía al hombre que el miércoles la mató en su casa.
Su asesino se llama Miguel Ángel, y es un expresidiario enganchado a las drogas. El miércoles a las 10 de la noche se presentó en la comisaría de los Mossos d’Esquadra en Banyoles (Gerona). Aseguraba haber matado a su pareja.
Una discusión fatídica
Una hora antes, Miguel Ángel había matado a Alla Bukanocova. La pareja discutió porque ella estaba harta de que él no tuviera trabajo y estuviera enganchado a las drogas. La pelea empezó al mediodía, en la cocina de su domicilio.
En un momento dado, él cogió un cuchillo del cajón y la persiguió por el piso. En el comedor le asestó una puñalada por la espalda y ella cayó herida en el sofá. Con la víctima indefensa, el autor confeso le propinó más cuchilladas en la barriga y en el cuello.
Tras asesinar a su mujer, Miguel Ángel salió de casa y estuvo dando vueltas por la calle. Hasta que finalmente decidió ir a la policía y confesar todo. De hecho, estaba bajo los efectos de las drogas y no sabía si la había matado o no.
Fue entonces cuando los agentes se personaron en su casa y encontraron el cadáver de Alla. Llevaba horas muerta, con heridas por todo el cuerpo y un gran charco de sangre a su alrededor. El autor quedó detenido pendiente de pasar a disposición judicial.
Un ex presidario enganchado a las drogas
Fuentes judiciales han confirmado que Miguel Ángel estuvo en la cárcel por robos con violencia e intimidación. También por quebrantamiento de las medidas cautelares. Salió de prisión hace cuatro años, momento en el que él y Alla se conocieron.
Alla, de 48 años y natural de Letonia, llegó a España hace unos 12 años. Hablaba catalán y castellano perfectamente, y se había integrado como una más en la localidad gerundense de Porqueras. Todos la recuerdan como una excelente persona.
Trabajó en una gasolinera del pueblo muchos años y también en la fábrica de chuches Haribo. Sus compañeros de trabajo dicen que era «alegre, abierta, simpática y hablaba con todo el mundo». Su marido, en cambio, era un bala perdida.
Aun así, su entorno no detectó nunca indicios de malos tratos. Una compañera de trabajo asegura que le preguntaban a menudo, por las pintas que tenía el marido. Y ella siempre les respondía que todo iba bien.
«Nunca la he visto con moratones, ni triste, ni nada parecido, nada me hacía pensar esto», asegura una comerciante del pueblo. Pero ella estaba harta de mantener a su novio drogadicto. Hace poco le confesó a su vecina que quería separarse.
Le prometía que iba a cambiar
Nadie entendía qué hacía una mujer buena y trabajadora como Alla con un hombre como él. Ella misma explicó a sus amigas que había estado en la cárcel por matar a un vigilante de seguridad. Se había sometido varias veces a tratamientos de desintoxicación.
Tenía la cara tatuada y ejercía sobre su pareja un control exhaustivo. La iba a buscar al trabajo, la tenía dominada. Miguel Ángel siempre le prometía a Alla que iba a cambiar.
Lo que Alla pudiera sentir por ese hombre empezó a desaparecer hace tiempo. Había tomado la decisión de separarse y le había pedido que se fuera de casa. Ese fue el detonante para que él se vengara de la forma más cruel, arrebatándole la vida.
18 víctimas del machismo en 2021
El alcalde de Porqueras, Francesc Castañer, asegura que la víctima no había recibido atención de los servicios sociales. Pero en cambio sí recibió asistencia por problemas económicos. El ayuntamiento ha decretado tres días de luto.
En España han muerto 18 personas por violencia de género en lo que va de 2021 (16 mujeres y 2 menores). En las últimas semanas ha habido un repunte de la violencia machista. En pocos días han muerto 7 mujeres y un menor.
La cifra podría aumentar si se confirma que los dos turistas fallecidos en las últimas horas en España no murieron por accidente. Al principio se pensaba que murieron haciendo «balconing». Pero la investigación ha revelado que podría tratarse de un crimen machista.