Los vecinos de Cartagena siguen sin dar crédito al trágico suceso que este mismo sábado se produjo en la ciudad.
Álex, un joven de tan solo 21 años de edad, falleció en los brazos de su madre tras recibir una puñalada mortal en el cuello a manos de su padrastro. Un crimen brutal que ha dejado a la madre del joven completamente devastada.
"Mi hijo se murió en mis brazos. Lo último que dijo mi pareja al ser detenido por la Policía Local fue: «Se va a salvar, todo saldrá bien». Menudo hijo de puta", señala Camelia en una entrevista concedida a El Español.
Por desgracia, ya era demasiado tarde cuando los servicios de emergencias llegaron al domicilio y tan solo pudieron certificar la muerte del joven. Un chico tímido y responsable, con mucho talento para dibujar y una gran pasión por las figuras de Marvel.
Precisamente, su afición, no estaba bien vista por su padrastro, que estaba empeñado en forzar una buena relación con el joven a pesar de no hacer esfuerzos por ganarse su cariño.
"Me decía que mi hijo era muy frío con él y que era 'friki' porque le gustaban los superhéroes. Yo le decía que no le podía pedir a una criatura que había pasado por tanto, que tuviese todo el cariño del mundo con él", añade Camelia.
Álex, el joven de 21 que fue asesinado por su padrastro delante de su madre
Rota de dolor, la madre de Álex recuerda su vida como un recorrido repleto de sueños sin cumplir y episodios de malos tratos por parte de todas sus parejas sentimentales.
Con tan solo 38 años de edad, Camelia ha luchado con fuerza para sacar a su familia adelante. Se machó de Rumanía en busca de una vida mejor y se instaló en nuestro país en busca del 'sueño español'.
"Mis padres eran pobres y dejé a Álex con ellos para irme a Valencia junto a mi marido. Él se marchó antes, encontró trabajo de albañil, y cuando se asentó, fui yo a trabajar en una cafetería", explica la mujer al mismo periódico.
Finalmente, Camelia pudo traerse a su pequeño cuando tenía seis años, aunque la adaptación no fue nada fácil. Primero porque el niño tenía que acostumbrarse a su nueva vida en España y, segundo, porque era continuamente testigo de la violencia que su padre ejercía contra su madre.
Aunque la separación no tardaría en producirse, la vida de Camelia y Álex no cambió para mejor. La mujer siguió siendo víctima de violencia de género tras entablar una relación con otro hombre, padre de su segunda hija, Ángela.
Alejandro, el pintor que ha cortado el cuello a su hijastro en Cartagena
Sin embargo, la madre de Álex no estaba dispuesta a seguir sacrificando la felicidad de sus hijos y huyó de su marido para empezar una nueva vida alejada de los hombres.
"Un día, el padre de Ángela le pegó a Álex y me marché a Almería a casa de una amiga para que no nos volviese a poner la mano encima", señala a El Español.
Pero el destino fue caprichoso y unos años más tarde acabaría conociendo a Alejandro, un pintor divorciado con tres hijos que se ofreció a ayudarle a arreglar su nueva casa.
Parecía que, por fin, había encontrado a una buena persona, un hombre romántico y atento. Aunque la relación no tardaría en torcerse.
"Tuvo una mala racha porque se le acumulaban las deudas, la hipoteca de la casa, la pensión de sus hijos... Pero no le di una patada porque cualquier persona puede tener una temporada difícil y decidí tirar para adelante", explica Camelia sobre una decisión que, ahora, valora como la peor de su vida.
Álex era un joven tímido y amante de los cómics de Marvel
Alejandro tenía entre ceja y ceja al hijo mayor de su pareja. Lo tachaba de friki, vago y mantenido, aunque su madre lo protegía al asegurar que el joven ayudaba en casa y estaba estudiando.
Aunque no llegó a acabar la ESO por el acoso escolar que había sufrido, el joven siempre se mantuvo activo con diversos cursos.
"Le dije que yo no hablaba mal de sus hijos, le pregunté por qué no veía a mi hijo como una personal normal y le advertí de que me estaba cansando. Pero nunca imaginé que le podría hacer algo tan malo a Álex", admite Camelia entre lágrimas.
Por su cabeza, jamás se le pasó que su pareja sería capaz de coger un cuchillo y cortarle el cuello a su hijo durante una insignificante discusión familiar. El joven se había enfadado con su madre por no comprarle preservativos y ambos se enzarzaron en una pelea que acabó de la peor manera posible.
"Álex me miró diciéndome: 'No voy a permitir a este que me levante la mano porque no es mi padre'. Entonces, Alejandro corrió a por los cuchillos, se vino hacia nosotros y trató de meterle a mi hijo el cuchillo del pan en el ojo. Ahí fue cuando yo puse la mano para protegerle, me cortó, bajé el brazo y cuando levanté la cara, Álex tenía la puñalada en el cuello", relata la mujer con lágrimas en los ojos.