Luces de coche de policia

Alerta en la policía por los yihadistas libres en España durante el estado de alarma

Terroristas con la condena cumplida campan a sus anchas porque el cierre de fronteras impide que sean devueltos a su país

Una de las inesperadas consecuencias del cierre de fronteras obligado por la emergencia sanitaria del Covid-19 ha sido la imposibilidad de devolver a sus países de origen, tal y como marca la Ley de Extranjería, a los yihadistas que cumplieron su condena durante el estado de alarma y que ahora campan a sus anchas por España.

Fuentes de la lucha antiterrorista tanto de Policía Nacional como de Guardia Civil informan que el cierre de fronteras internacional impide hacer efectivos los expedientes de expulsión ya tramitados, y que son varios los casos de terroristas que se han quedando en este limbo y que ponen en máxima alerta  a la policía que se encarga de asuntos de terrorismo.

Estas personas han quedado en libertad y, al haber cumplido su condena, no hay nada que se pueda hacer al respecto hasta que se pueda efectuar la expulsión. Los mandos de la lucha antiterrorista aseguran que  no se puede prolongar  su estancia en prisión, algo que también ha confirmado el ministerio del interior para casos aislados de condenados marroquíes.

En estos casos, Interior precisa que permanecen en libertad vigilada, aunque otras fuentes aseguran que en algunos casos no es así y que eso está obligando a ampliar la prevención  a los servicios de información de los cuerpos policiales. 

¿Y qué dice la ley? Según el artículo 57.2 de la Ley de Extranjería cuando un yihadista es detenido en España se procede a tramitar su expulsión del país una vez que ha terminado su condena, en todos los casos con penas de más de una año de cárcel. Así sucedió por ejemplo con  Hassan El Haski, uno de los autores del 11-M  que fue expulsado en un avión hasta Marruecos tres días después de haber quedado en libertad tras 14 años de cárcel.

La mayoría de los extranjeros detenidos en España por este tipo de delitos son de nacionalidad extranjera, tal y como lo avalan los datos de las últimas operaciones policiales. El líder de la célula desarticulada en Almería, en abril, era egipcio, y sus dos acompañantes de nacionalidad argelina. Los dos yihadistas detenidos después en Barcelona y Ciudad Real  eran marroquíes.

Otro tipo de delitos

En estos casos, unos días antes de cumplir la condena, el centro penitenciario se pone en contacto con el tribunal sentenciador y ambos fijan la fecha exacta de la salida para que la policía pueda detenerlos a la salida de prisión y llevarles  de vuelta a sus países.

Pero ahora, en tiempos de pandemia esas expulsiones han quedado paralizadas y los que cumplen su condena tienen que facilitar un  lugar de residencia, aunque no siempre son fiables. Además, el caso se repite en presos con  otro tipo de delitos como tráfico de drogas, malos tratos, homicidios y robos.

Las cárceles españolas son uno de los puntos que preocupan a las fuerzas de seguridad en España por la extensión de redes de radicalización yihadista dentro de los centros. El año pasado la Audiencia Nacional abrió una investigación por la aparición de  pintadas yihadistas como «Nosotros somos los soldados del califato» en las paredes de uno de los módulos de la prisión madrileña de Estremera.

Mientras tanto, la policía tendrá que esperar a que se reabran las fronteras y se recupere el tráfico aéreo para devolver a los yihadistas que queden en libertad a sus países de origen, ya que la mayoría son escoltados en  vuelos regulares de compañías que, por ahora, siguen sin operar.