Un niño tumbado en la cama de un hospital con un gotero en primer plano

El adolescente que ha visto como el coronavirus le ha destrozado la vida en 7 días

El joven estadounidense de 17 años perdió a sus padres en apenas una semana

Triste historia la de Justin Hunter, un joven de 17 años que perdió a sus padres en tan solo una semana a causa del coronavirus. Hunter, en palabras para la cadena 'WSB' estadounidense que recoge 'ABC NEWS', cuenta que tanto él como su padre y su madre dieron positivo en el test en el mes de julio.

Hunter pasó la enfermedad como asintomático, pero en poco tiempo sus padres comenzaron a presentar los primeros síntomas del Covid-19. «Su temperatura se disparó, tenían dolores de cabeza y una tos horrible. Simplemente, se sentían muy perezosos», decía Justin.

Sus padres ingresaron ante la gravedad de sus casos y en pocos días, Eugene Hunter, un músico de 59 años, perdía la vida el pasado 26 de julio. «Lo último que dijo fue: te quiero, voy a mejorar, voy a seguir luchando», afirmaba el joven estudiante de último año de la escuela de secundaria Johns Creek, en Atlanta.

Las últimas palabras de su madre antes de morir

La pesadilla continuó para Justin al ver que Angie Hunter, ejecutiva en recursos humanos de 57 años, dejaba huérfano al joven. Antes de morir, Justin recuerda que le dijo que le quería y que «Dios te tiene».

La familia de Justin vivía en el condado de Fulton, en Georgia, quinto estado más golpeado por el coronavirus, solo tras California, Florida, Texas y Nueva York: más de 18.000 casos confirmados y 398 fallecidos.

El joven no comprende cómo pudieron contagiarse, pues confiesa que eran «una familia normal, solo tratando de estar a salvo durante la pandemia. Mi madre cuando iba a la compra llevaba guantes y mascarilla».

Exitoso crowdfunding de apoyo para Justin

Tras este fatal desenlace, el joven Justin vivirá junto a sus familiares más próximos. Además, a través de la web GoFundMe se han recaudado 216.000 dólares para Justin, que agradeció la iniciativa a los que han colaborado en la misma. «Gracias por creer en mí cuando nadie más lo haría. Desde que comencé a jugar (fútbol americano), siempre hablaba con ellos de jugar en la universidad y luego con los profesionales. Habrían querido que continuara, que obtuviera una beca y acabara mi trabajo escolar».