Un accidente de coche acabó con la vida de dos personas de la misma familia en Córdoba, en Argentina. La familia acababa de salir de la localidad Villa Las Rosas cuando se vieron envueltos en el siniestro.
Dentro del vehículo viajaba Matías Bustos, un hombre de 32 años, junto a su hermana Antonella, de 29 años. En la parte trasera del coche estaban otra hermana de ambos, Agustina, de 16 años: y una sobrina, Alma, de 12 años. Todos ellos formaban parte de la misma familia.
Matías se dirigía a la ciudad de Córdoba porque tenía que hacer algunos trámites. Su hermana, Antonella, estaba embarazada de 3 meses y tenía hora para hacerse una ecografía. Cogieron la carretera E-54 para llegar a su destino.
Por desgracia, en mitad del camino el conductor perdió el control del vehículo y se precipitaron por un barranco de 40 metros. Los adultos, Matías y Antonella, sobrevivieron, aunque resultaron heridos y fueron trasladados a un hospital.
Todos ellos llevaban el cinturón de seguridad puesto, pero el golpe fue de tal calibre que las dos menores, Alma y Agustina, fallecieron en el acto. Bomberos Voluntarios y personal de Defensa Civil acudieron al lugar del accidente para socorrer a las víctimas.
Lograron sacar del coche al hombre y a la mujer embarazada, trasladándolos rápidamente a un hospital, donde quedaron ingresados, pero fuera de peligro.
El padre de Matías, Rolando, se enteró del accidente de la peor forma posible: por televisión. El hombre vio en las noticias que había habido un accidente y, aunque el coche estaba destrozado, le pareció reconocerlo.
Rolando les envió un mensaje, pero nadie le contestaba
Casualmente, unos minutos antes de ver las imágenes por televisión, Rolando les había mandado un mensaje a sus hijos. Calculaba que no les quedaba demasiado para llegar a Córdoba, pero ninguno de ellos le contestó.
A Rolando le pareció raro que ninguno contestara y se empezó a preocupar. "Mandé un mensaje a los cuatro teléfonos para saber si habían llegado bien y no les entraban los mensajes a ninguno", explicó.
"Al rato entraron los mensajes y era cuando los habían llevado a Carlos Paz", añadió. Es decir, los mensajes les llegaron cuando ya estaban en el hospital y consiguieron volver a encender sus teléfonos móviles.
"Rogaba, suplicaba que no fueran mis hijos", explicaba Rolando a los medios de comunicación argentinos. "El impacto fue muy fuerte, el auto quedó destruido", relató.
Al parecer, la causa del accidente fueron las condiciones meteorológicas. Según explica Rolando, "había niebla" y el asfalto estaba "muy resbaloso". Ante esta situación, Matías "no pudo manejar" el vehículo y perdió el control, cayendo por un barranco.
El estado del coche era perfecto, ya que según Rolando acababa de pasar una revisión. Pero la mala visibilidad al coger una curva muy cerrada hizo que perdiese el control y se cayese por el lateral.
Fue una terrible "fatalidad", como el padre de una de las víctimas y abuelo de la otra lo describe. Las niñas ni siquiera tenían obligaciones en Córdoba para desplazarse hasta allí. Pero según Rolando, simplemente aprovecharon el viaje de los adultos para acompañarles.
El conductor del vehículo, en estado de shock
Matías, que conducía el vehículo en el momento del accidente, sigue en estado de shock. Según explica su padre, físicamente ha podido recuperarse de sus heridas, pero emocionalmente sigue muy tocado. Después del accidente, especialistas psicólogos tuvieron que ayudar a darle la noticia sobre la muerte de su hermana pequeña y su sobrina.
Antonella, afortunadamente, también se está recuperando del accidente y parece que su bebé también seguirá adelante. Los signos vitales del niño están correctamente y ella sigue ingresada por precaución.