Collage de Cristina D'Avila Teixeira Rodrigues y Paulo Roberto Moraes Teixeira Junior

Acaba con la vida de su novio porque no le da dinero para operarse los senos

La autora del crimen se ha entregado tres días después de cometer el asesinato

Cristina D'Avila Teixeira Rodrigues, una chica de 24 años, ha matado a su novio, Paulo Roberto Moraes Teixidor Junior, un empresario de 29, después de que él se negara a pagarle una operación de senos. 

Este desgarrador acontecimiento tuvo lugar el pasado viernes, 5 de marzo, en Brasil y ha sido la propia autora del crimen quien ha confesado el asesinato.

Cristina le disparó en la nuca a Paulo porque él no le quiso pagar un implante de silicona en los pechos, una operación que supondría un gasto de 1.514 euros.

El joven tuvo que ser trasladado al hospital tras la agresión, pero finalmente falleció durante la madrugada del domingo, 7 de marzo, a causa de las graves heridas que le provocó el tiro. 

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«No podía hacerle frente a esta cirugía»

El lunes, día 8, cuando Paulo ya había fallecido, Cristina se entregó a la policía y confesó ser la autora del crimen de su pareja. La brasileña fue detenida como presunta autora de un delito de asesinato.  

La joven también le reveló a las autoridades que el motivo que le había llevado a cometer este desgarrador acontecimiento fue que su novio no le quería pagar la operación de senos, motivo por el que ya habían tenido discusiones con anterioridad.

Paulo tenía una empresa de creación de sitios web y fue allí donde conoció a Cristina e incluso le dio empleo. Pese a que él no tenía obligación de pagar la intervención, el hermano de la víctima le ha defendido señalando que la compañía estaba perdiendo mucho dinero y que no se podían permitir un gasto tan elevado.

Rodrigo también ha destacado que la noche anterior al crimen tuvieron una discusión muy acalorada sobre ese mismo asunto. 

«Ella quería ponerse silicona, pero en tiempos de pandemia la empresa estaba haciendo muchos recortes y él no podía hacerle frente a esta cirugía. Pelearon mucho por esto la noche en que ella le quitó la vida a mi hermano», ha señalado. 

Crimen premeditado

El asesinato del joven no fue un acto que la agresora cometió en un momento de arrebato, fue un crimen premeditado. La brasileña apagó las cámaras de seguridad que vigilaban el domicilio para no dejar rastro, pero cuando se dio cuenta de la gravedad de sus actos decidió entregarse.

Así lo han confirmado también algunos miembros de la familia de Paulo. Estas fuentes han asegurado que Cristina y Paulo habían roto unos días antes. Tras la ruptura, ella le llamó el viernes para que se vieran en su domicilio, él accedió y luego ellos se encontraron al brasileño gravemente herido.

«El viernes mi sobrino se estaba cortando el pelo y al regresar a su casa se encontró con Cristina. Ella entró en el domicilio y apagó las cámaras de seguridad. Tuvieron una discusión y en un acto de cobardía le disparó en la nuca», ha lamentado Marcelo Morales, tío de la víctima. 

Fue la progenitora de la autora del crimen quien les alertó sobre lo que había hecho su hija. «Cuando realizó el tiro, salió y llamó a su madre para contárselo. Su madre se lo dijo a mi hermano y los dos fueron para allí. Mi hermano llegó y lo descubrió moribundo en la cocina», ha relatado Roberta, la hermana del fallecido, a los medios locales.

Además, ha confesado que ella tenía acceso a las cámaras de seguridad de Paulo y ha explicado que se las encontró apagadas cuando fue a revisar lo que le había sucedido al empresario.

Ahora la joven ha sido acusada de un delito de asesinato y, probablemente, también deberá afrontar penas por crimen premeditado. No obstante, la investigación sobre el caso continúa abierta.