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Imagen de las inundaciones causadas por un huracán

El monstruoso huracán 'Iota' amenaza ahora El Salvador tras devastar Nicaragua i Honduras

Este huracán es récord por ser el primero que alcanzó la categoría 5 durante el tramo final de la temporada en el Atlántico

El huracán 'Iota' está dejando un paisaje de desolación, devastación  absoluta en muchas zonas y hay que lamentar hasta  9 víctimas mortales y se teme que la cantidad de fallecidos por los efectos de Iota, clasificado como un huracán  'extremadamente peligroso', crezca en las próximas horas, ya que un derrumbe ocurrido en el norte del país durante estas últimas horas podría haber cobrado la vida de entre  13 a 20 personas.

Llegó a rozar la categoría 5 de un máximo de 5, pero durante la jornada de este pasado martes ya perdió mucha fuerza tras entrar en Nicaragua y convertirse en  tormenta tropical  de nivel 2 en la escala Saffir-Simpson, y aún más debilitado, llegará hasta el sur de El Salvador a primeras horas de este jueves, según informaba este martes el Centro Nacional de Huracanes  de EE.UU.

Honduras sigue en alerta roja

El huracán, que ha causado graves destrozos y nueve muertos, hasta el momento. El centro del huracán  convertido en tormenta tropical, se internará en el norte de Nicaragua, Honduras  y posteriormente se moverá por el sur de  El Salvador, adonde llegará durante las primeras horas de este próximo jueves, según las fuentes.

En Honduras, los  18 departamentos del país siguen en alerta roja y en 10 de ellos se llevan a cabo evacuaciones  a modo preventivo en zonas con peligro  de inundación  cercanas a ríos y arroyos. En el valle del Sula, algunas personas que trataban de recuperar enseres de entre los destrozos del huracán  Eta se han visto obligadas a desalojar nuevamente lo que quedaba de sus viviendas. Las autoridades emitieron una alerta  de huracán  desde Cabo Gracias a Dios hasta Barra Patuca y habilitaron  300 refugios temporales  para que la gente pueda resguardarse.

El Salvador registra el último fallecido

Las lluvias  y los devastadores vientos  generados por la depresión tropical Iota causaron la muerte de una persona en El Salvador  y obligaron a la evacuación de 880 personas, informaron este miércoles las autoridades locales.  Protección Civil reportó que esta madrugada del miércoles falleció un joven en el oriental departamento de San Miguel debido a la caída de un árbol cuando se transportaba en una motocicleta.

La jefa del  Gabinete del Gobierno salvadoreño, Carolina Recinos, indicó que se entregarán unos 93.000 paquetes de alimentos en las zonas afectadas por las lluvias. Actualmente, el fenómeno atmosférico mantiene unos vientos máximos sostenidos de cerca de  165 km/h con ráfagas eventualmente más fuertes, a pesar de haber disminuido su categoría. Se cree que el huracán  se debilitará a lo largo del miércoles de forma rápida y que quede totalmente disipado en Centroamérica, donde probablemente acabará su recorrido.

Trayectoria muy similar a Eta

El codirector del Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred) de Nicaragua, Guillermo González, aseguró el lunes que lograron evacuar antes del impacto del huracán  a más de 40.000 personas en 250 albergues, y una cantidad bastante similar de casas solidarias, incluyendo iglesias. El punto en el que tocó tierra Iota  está 15 kilómetros al sur de donde lo hizo Eta, también de categoría 4, el pasado 3 de noviembre. Según cálculos de este país centroamericano, Eta dejó unas 1.890 casas destruidas y otras 8.030 con daños parciales.

Devastación absoluta

El potentísimo huracánIota  llegó a tener vientos de 250 km/h, destrozó techos de viviendas, colapsó el tendido eléctrico e inundó decenas de calles en el Caribe  norte de Nicaragua, donde tocó tierra la noche del lunes. En un informe preliminar, las autoridades reportaron ráfagas de vientos fuertes, precipitaciones, caídas de árboles, de postes de luz y desprendimiento de techos, con daños aún sin cuantificar.


Iota  entró cerca de Haulover, en la costa caribeña de Nicaragua y Honduras, donde habitan unas 350 familias  con 1.750 personas, en su mayoría indígenas de origen misquito, una comunidad dedicada a la pesca artesanal y al turismo, y que fueron evacuados en su totalidad y en donde aún no se tiene ningún informe de los daños. Ahora, va hacia El Salvador, donde también provocará daños, pero menos destacables que en Nicaragua.