El conocido periodista Matías Prats, se sitúa en el centro de todas las miradas en estos días.
Y es que cuando el periodista Fernando Sacristán terminó su relación en 2013 con Ruth Izcue, la actual novia del M. Prats, no se imaginaba a lo que se enfrentaba. A un proceso judicial interminable.
La pareja también comparte profesión, es periodista. La misma, se encontraba residiendo en el chalet conyugal. Una situación que cambió de manera radical.
Varió con motivo de una sentencia que se impuso en febrero del año pasado. El fallo la condenó a abandonar la vivienda cuando la casa se vendiera, cosa que hizo en diciembre de ese mismo año.
Tras ello, según Sacristán, abandonó la casa, aunque sin comunicárselo al juzgado y sin dar cuenta de su nuevo domicilio.
A partir de aquí, el propietario del chalet se enteró meses después de que la propiedad estaba vacía. Se personó en la misma el pasado 1 de junio con un cerrajero y un notario "que levantó acta del estado de la casa y de los artículos que faltaban en ella, con respecto a un inventario realizado en el 2013".
Tal y como explica Fernando Sacristán, "un perito tasador realizó un informe durante tres días en el que estima que los daños ocasionados en el chalet ascenderían entre sesenta y ochenta mil euros. De los enseres de la casa, de los que, por sentencia, la señora Izcue solamente tenía el uso y disfrute, con obligación de mantenimiento y conservación, no queda prácticamente ninguno. Tengo en mi poder las páginas de Wallapop, certificadas por la Guardia Civil, con una relación de todos los enseres vendidos por mi exmujer, sin que tuviera permiso alguno para hacerlo".
Además, explica que "la vivienda era utilizada por Ruth y Matías de domingo a jueves". En lo referido a los enseres, "faltan en mi vivienda desde tres sillas de rejilla de principios del siglo XX, a un cuadro de Chillida y dos de Picasso, o una alfombra persa grande".
Por ahora, la realidad es que tanto el conocido presentador como su novia, se han convertido en la comidilla de muchos y en el centro de todas las miradas.
El carisma del presentador
Si hay algo que a todos nos ha quedado claro, es la personalidad y el afán de Matías a la hora de hacer reír a los espectadores.
Hace semanas podíamos ver cómo Matías Prats y Mónica Carrillo volvieron a sacar su lado más simpático con la audiencia. Por un momento, dejaron a un lado las noticias en la edición de fin de semana de Antena 3 Noticias, para causar unas cuantas carcajadas.
Los presentadores revelaron a todos sus espectadores a qué otras profesiones querían dedicarse cuando eran niños.
La realidad es que todo se produjo a partir de una pieza del informativo sobre Barack Obama. El expresidente de EEUU tuvo un encuentro con el futbolista del Manchester United Marcus Rashford. En la reunión, Obama le desveló que antes de ser el máximo mandatario del país le hubiese gustado ser deportista.
Matías Prats, en Antena 3: "Yo quería ser tenista"
Tras la declaración, Ángel Carreira aprovechó la ocasión para lanzar la pregunta a sus compañeros: "¿Si vosotros hubierais podido elegir, habríais preferido tener otra profesión?". Matías Prats no lo dudó y sorprendió a todos: "Yo quería ser tenista".
Esperándolo, el comunicador lanzó uno de sus famosos chascarrillos. "Mi ídolo era John McEnroe y me parecía a él... en las zapatillas", dijo: "Después no di mucho para más".
Sin quedar atrás, Mónica Carrillo confesó que de niña "quería ser veterinaria porque quería estar rodeada de animales". Por último, Carreira terminó: "Ambas hubieran sido también profesiones muy interesantes, pero desde luego, vuestras dotes están aquí, más que claras".