Montaje de Rocío Carrasco y Rocío Flores con caras serias

Rocío Flores, protagonista de la próxima entrega del docu: 'La he parido yo, pero...'

La pérdida de Rocío Jurado hizo florecer 'la semilla del mal', según Rocío Carrasco

El episodio 7 de ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’ no ha defraudado a nadie por las sorprendentes vivencias que ha relatado una vez más la hija de 'la más grande'. Nuevamente, Rocío Carrasco ha vuelto a hablar de su hija y ha recordado un episodio que le ha afectado durante toda su vida. Para ella, esos días después de la muerte de Rocío Jurado marcaron un punto de inflexión en su relación con su hija, que por aquel entonces tenía 9 años.

Rocío Jurado murió de cáncer de páncreas en la madrugada del 1 de junio de 2006. «Aquel fue, si no el peor día de mi vida, uno de los peores. Todo el mundo lloraba a la artista, pero yo lloraba a mi madre. Para mí no era Rocío Jurado, para mí era mi madre». Tras la celebración del funeral por el descanso de su madre, la primera decisión que tomó Rocío Carrasco fue hablar con su abogado, Javier Saavedra, para solicitarle que quería ver a sus hijos de nuevo, tras 4 meses separados de ella a causa de la enfermedad de su abuela.

La impactante pregunta de Rocío Flores que dejó rota a su madre

Nos remontamos a junio de 2006, uno de los peores meses en la vida de Rocío Carrasco. La pérdida de su madre fue un palo muy gordo para ella y estuvo mucho tiempo refugiada en su casa de Valdelagua junto a Fidel. «Llevaba cuatro meses sin ver a mis hijos y quería verlos. Escuché el timbre y eran ellos. David vino corriendo y empezó a darme besos: Mamá, no llores. Mamá, no llores. Tenía siete años. Y me secaba las lágrimas».

«Yo le decía: No te preocupes, mi vida. Mamá está bien. Llega Rocío, que entonces tenía nueve años. Nada más llegar se quedó mirándome y me dijo: ¿Mamá, ahora qué va a pasar con las casas de Miami?. ¡En ese momento supe que todo había cambiado. Esa semilla del mal que había implantado en ella había terminado germinando y estaba floreciendo», confesó Rocío en el episodio 7 de su docuserie.

«La semilla del mal» ya era imparable

Cuando Rocío Carrasco habla de la «semilla del mal» vuelve a poner encima de la mesa un tema que ya ha contado en episodios previos: la teórica manipulación que Antonio David ha infligido a sus hijos durante los últimos 20 años.

El relato de la hija de 'la más grande' era estremecedor. Carrasco se vino abajo tras escuchar esa pregunta, nada común en una niña de tan solo 9 años de edad: «Empecé a llorar como una niña pequeña. A mí se me vino encima el mundo cuando escuché esa pregunta. Una niña de 9 años que se acaba de morir su abuela, que su madre está destrozada en un sofá, pero ella viene con una lección aprendida. Se me vino el mundo encima. Y me di cuenta de que había un antes y un después. Y que en esa niña que había parido yo, pero que parecía que no tenía nada de mí», se lamentaba.

Madre e hija, ¿cada vez más alejadas?

La inquietante confesión de Rocío Carrasco se produjo en el tramo final del episodio 7. Tras el mismo, el debate se centró en la hija y muchos se preguntaban qué consecuencias tendrán estas palabras en ella. Son muchos años sin hablarse madre e hija y no sabemos si con estas revelaciones tan desconcertantes la distancia aún será mayor o se producirá un ligero acercamiento entre ambas.

Veremos cómo le afecta a Rocío Flores este episodio tan impactante e importante en la vida de su madre. Mañana volveremos a verla en 'El programa de Ana Rosa', aunque todo apunta a que la joven solo opinará sobre 'Supervivientes', tal y como dejó constancia la presentadora del programa en el debut de Rocío hace una semana.